El Gobierno no cerró la puerta al pedido que realizaron dirigentes de la oposición, la academia, la religión y el sindicalismo para conformar una mesa de diálogo con el objetivo de alcanzar consensos para enfrentar la crisis que dejará la pandemia de coronavirus, pero descartó una convocatoria en lo inmediato.
La gravedad de la crisis económica, que ya en la Casa Rosada comparan con la de 2001, requiere de una velocidad en la toma de decisiones que un comité de crisis de esas características no podría abordar, fue el análisis que realizaron fuentes oficiales consultadas por LA NACION.
«No descartamos nada, Alberto es un hombre de diálogo. Pero en estos momentos la relación institucional se da en el Congreso», graficó uno de los hombres más cercanos al presidente Alberto Fernández.
En el gobierno nacional apuestan a que en los próximos días gran parte de la discusión política se traslade al Parlamento. Es que, una vez superada la actual etapa de la cuarentena, la administración nacional se prepara para lanzar una batería de medidas y enviar al Congreso varios proyectos de ley como la reforma judicial, un nuevo blanqueo de capitales, una fórmula de movilidad jubilatoria y la creación de una «comisión de notables» que analizará la «composición» de la Corte Suprema.
En el Gobierno también llamó la atención la presencia de algunos nombres en la solicitada, como los del jefe del bloque de senadores de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff; el presidente del interbloque de diputados, Mario Negri; y el senador Martín Lousteau, quienes ayer participaron de una reunión virtual con el jefe del Estado, que duró una hora y sirvió para reabrir una instancia de diálogo, pero nada le manifestaron sobre esta cuestión. El único que planteó la necesidad de acordar políticas entre ambos espacios políticos para una salida de la emergencia fue Lousteau, aunque no obtuvo una respuesta.
Si bien mostraron buena predisposición para aceptar en el futuro la conformación de una mesa de diálogo, en la Casa Rosada anticiparon que será mucha más amplia. «Salvo algunos nombres de notables, como [el expresidente Eduardo] Duhalde, es todo Juntos por el Cambio. Si se hace será con todos», anticiparon fuentes oficiales.
Cerca del Presidente además resaltaron que desde que asumió, hace siete meses, Fernández se reunió tres oportunidades con los líderes parlamentarios de la oposición. También destacaron «la coordinación y el trabajo conjunto» con los gobernadores, empresarios y sindicalistas. Como prueba, en el Gobierno, muestran la fotografía de Fernández con los mandatarios provinciales, el Grupo de los 6 y la CGT del 9 de julio.
Este martes, un grupo de dirigentes de la política, la academia, la religión y el sindicalismo difundió una declaración en la que pide al Gobierno la conformación de una mesa de diálogo con el objetivo de alcanzar consensos para enfrentar la crisis que dejará la pandemia de coronavirus.
La declaración, que surgió como iniciativa de los intelectuales miembros del Club Político Argentino, lamentó la desconfianza social en las instituciones, reclama la independencia judicial y asegura que el Congreso es el ámbito en el que se deberán «pactar consensos» en el corto plazo.
«A través de las autoridades de los bloques legislativos, convoque con carácter urgente a una mesa de diálogo nacional. Es tiempo de implementar un plan de coincidencias mínimas que integre a los partidos políticos, los sectores de la producción y del trabajo, los representantes de la economía informal, las organizaciones sociales, la comunidad educativa, las entidades profesionales, las congregaciones religiosas y demás entidades representativas de la sociedad civil», señala el escrito que firman la presidenta de Pro, Patricia Bullrich; la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal; el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey; el exministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el expresidente Eduardo Duhalde, entre otros.