Las nuevas restricciones a la actividad comercial, la suba de casos por el coronavirus y las limitaciones a la temporada de verano amenazan con impactar en la debilitada situación económica. Ante el nuevo escenario, el gobierno de Alberto Fernández abrió la discusión sobre medidas de emergencia para asistir a distintos sectores, en el caso de que el rebrote obligue a un nuevo cierre de actividades, sobre todo comerciales y laborales.
«Si hay un rebrote, vamos a tomar las medidas sociales que correspondan», afirmó a LA NACION el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, para quien «el parámetro para reforzar la ayuda estará determinado por el eventual cierre en rubros como el textil, la construcción, producción de alimentos y la economía del cuidado (de personas)», una realidad que aún «no se ve» en el horizonte según su visión.
Los movimientos sociales, muchos de los cuales hoy forman parte del Gobierno, acuerdan con la necesidad de estar atentos. «Ya estamos preparados, tenemos el mapa y el universo de quienes necesitarían esa ayuda urgente, aunque la foto de hoy claramente no es la del año pasado», afirmó a LA NACION Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración, que depende de Arroyo. Claro que, para algunos movimientos sociales más lejanos del calor oficial la ayuda debería darse ahora. «Siempre dijimos que el IFE no debía sacarse, y que hoy debe implementarse un salario básico universal, es muy difícil que la economía se recupere sin apoyo del Estado», sostuvo a LA NACION Humberto Tumini (Barrios de Pie-Libres del Sur).
En el caso del turismo, la suba en los contagios en plena temporada de verano obliga al ministro Matías Lammens a pensar soluciones en conjunto con su par de Economía, Martín Guzmán, para socorrer a los sectores que ya fueron golpeados, como la hotelería.
Planes
En carpeta figura una ayuda extra para los hoteles que ya cobran el Repro del Ministerio de Trabajo (unos $9000 por trabajador), ayuda que consistiría en llevar esa cifra a unos $20.000) para que los empleadores puedan pagar los sueldos de enero en tiempo y forma.
También se piensa en una nueva baja en las contribuciones patronales para el sector turístico, dado que la temporada comenzó relativamente bien (unos cinco millones de argentinos llegaron ya a algún destino), pero la amenaza de nuevas restricciones frenó en buena medida esos avances.
«Desde el gobierno nacional estamos dando el mayor nivel de certidumbre para que la gente vaya tranquila a disfrutar de las vacaciones. Es una temporada diferente, pero es muy importante que pudimos iniciarla el 1° de diciembre y la vamos a continuar», recalcó Lammens.
En el Gobierno reconocen que «nadie esperaba un inicio de año tan hostil, con tantos contagios». Y afirman que, a pesar de que la nueva suba es «de muchos contagios pero de baja letalidad», las medidas de restricción son imprescindibles.
«Si no hacemos algo ahora, en dos meses chocamos«, reconocían desde un despacho importante de Balcarce 50, con las imágenes de cierres masivos de actividades en Europa como dramática evidencia.
De todos modos, en la Casa Rosada afirman que el contexto es, ahora, diferente del que obligó a la implementación del IFE, que abarcaba a 9 millones de empleados informales y monotributistas que percibieron $10.000, y a la extensión de los ATP, que permitió el pago de parte de los sueldos a miles de empresas que así lo solicitaban.
«Va a depender del cuidado que tengamos, y que los gobernadores implementen las medidas de control, todos sabemos que hay que restringir para poder controlar el virus», acotaban desde otro despacho, donde también demostraban su confianza en la llegada de «millones de vacunas» en las próximas semanas, y en el éxito del tratamiento con suero equino para los pacientes graves de coronavirus. Un tratamiento con participación público-privada «único en el mundo» que será presentado hoy por el propio Presidente.