Los máximos referentes de Juntos por el Cambio caminan entre los escombros. Todavía no habían terminado de digerir la dolorosa derrota del domingo en las elecciones presidenciales cuando el bombazo que lanzaron Mauricio Macri y Patricia Bullrich al definir su apoyo a Javier Milei (La Libertad Avanza), rival de Sergio Massa (Unión por la Patria) en el balotaje, terminó de romper a lo que hasta hace pocos días era la principal coalición opositora al kirchnerismo, por su despliegue territorial y capital legislativo a nivel nacional y provincial.
La arriesgada jugada de Macri y Bullrich, quienes cenaron anoche con Milei y su hermana, Karina, mejor conocida como “el jefe”, en la casa del expresidente en Acassuso no solo despertó el rechazo de los altos mandos de la UCR -en casi todas sus líneas internas- y de Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, sino que provocó una grieta en Pro, el partido que fundó Macri y que gobierna la ciudad desde 2007. “Es un pacto secreto del que nada sabemos y no nos informaron”, despotrican los detractores de Macri y Bullrich.
En un giro intempestivo para sus socios, Bullrich machacó con que su decisión de apoyar a Milei, quien la trató de “montoneras tirabombas” durante toda la campaña y calificaba ante la opinión pública a sus rivales como “Juntos por el Cargo”, fue un pronunciamiento personal y que el Pro daría libertad de acción. Pero ella había decidido reasumir como titular del partido hace apenas 48 horas e hizo una apuesta “unilateral”, según sus socios en la UCR y Pro.
La maniobra de Bullrich y Macri abrió una fisura inédita en Pro desde su creación e, incluso, entre las distintas tribus internas de militancia del partido amarillo. Por caso, Larreta anunció que no acompañará la decisión de Bullrich y Macri de jugar con Milei. Lo hizo al encabezar una conferencia de prensa en la sede de Uspallata. Hizo un punteo de sus razones, dejó en claro su rechazo a Massa y cuestionó a Macri por sus coqueteos con Milei. Inició su mensaje con una fuerte autocrítica sobre la derrota de JxC y les pidió perdón a los votantes del espacio.
“Soy coherente con mis convicciones, las dos opciones son muy malas para los argentinos y yo elijo la unidad de Juntos por el Cambio”, subrayó, detrás del atril.
Así, Larreta optó por inclinarse por la neutralidad, pero también tomó distancia de Massa. Adoptó una línea similar a la de la UCR o Carrió y la mayoría de los integrantes de la flamante “liga de gobernadores” de JxC. El jefe porteño resaltó que no hará un pacto con Massa, con quien tiene una relación de amistad desde hace años, para integrar un eventual gobierno de coalición. “No hay ninguna posibilidad de que yo integre un gobierno kirchnerista. Y Massa es el kirchnerismo. Y Milei es un salto al vacío. Un nuevo populismo. Yo no creo en nada de lo que propone”, detalló.
“No me digan que elegir entre dos muy malas opciones es ser funcional a uno u a otro. Porque los dos son muy malos para los argentinos. Ser funcional es esto que está pasando. Pelearnos entre nosotros mientras los argentinos sufren”, subrayó Larreta. Y criticó a Macri por sus guiños a Milei durante la campaña: sostuvo que dañó a Bullrich.
Antes de que encabezara una conferencia de prensa, Bullrich se reunió con la cúpula de Pro en sus oficinas de Yrigoyen. Durante la madrugada habían suspendido el encuentro de autoridades e intendentes. Hubo dirigentes que estaban viajando desde el interior cuando se enteraron de que el concilio se había cancelado.
Frente a Larreta, Diego Santilli, Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal, entre otros, la exministra anticipó la jugada y desglosó sus argumentos, aunque no les confirmó que iría a fondo: es decir, un apoyo explícito a los libertarios. Larreta y Santilli, que fue convocado a última hora por Macri para el cónclave nocturno con el dúo Milei, una velada en la que también estuvieron Ritondo, sugirieron tomarse unos días para reflexionar y discutir el asunto en Pro y JxC. Incluso, Larreta adelantó que no estaba dispuesto a avalar la boleta de Milei, sobre todo, porque tenía otra cosmovisión y profundas diferencias programáticas.
Sin embargo, Bullrich aceleró de forma inesperada para sus aliados. En su entorno asumen que JxC ya estaba quebrado: sospechan que Morales y Lousteau le jugaron en contra en las elecciones generales del domingo y que optaron por apuntalar a Massa. ¿Macri la instruyó a avanzar para marcarle la cancha a radicales y gobernadores o la exministra intentó posicionarse para no correr desde atrás con su mentor? Es una incógnita. Lo que está claro es que la exministra actuó con la bendición de Macri, quien hasta ahora se mantuvo en silencio y se guardó. Fuentes del entorno del expresidente aseguran que se pronunciará más adelante.
“No hay conducción política. Los que perdieron en 2019 y 2023 nos quieren seguir conduciendo desde la derrota. Nuestro rol es ser oposición y custodiar los valores que representamos. No nos votaron para elegir un presidente en un balotaje”, bramó uno de los referentes de JxC que integra el pelotón de los que salvaron la ropa en el test de las urnas.
El jefe porteño y sus arquitectos políticos ya se imaginan lejos de Macri y Bullrich. Visualizan un armado de un espacio de centro, integrado por las distintas ramas internas del radicalismo, Emilio Monzó o gobernadores electos para construir una nueva alternativa opositora. Ya avisó que no contempla un acuerdo con Milei: pesan las agresiones personales que le dedicó el libertario y sus vínculos con el empresariado, que teme una posible llegada del antisistema al poder. “Nadie [del círculo rojo] va a jugar para que Milei sea”, avisa un operador político de Larreta.
Quienes asesoran al jefe porteño quieren preservarlo de una nueva apuesta fallida. Es que no solo perdió en la interna, sino en su apuesta final por Bullrich. Él aceptó ser su eventual jefe de gabinete, pese a que la exministra lo había corrido de la campaña y prescindido de sus aliados. Sospechan que Macri movió los hilos y persuadió a la titular de Pro para que fije postura a favor de Milei. “Esto es el instinto de preservación de Mauricio”, exclama un consejero de Larreta.
En el campamento del ala moderada consideran que Macri apostó a romper a JxC y adoptó una actitud “autodestructiva”, sin asumir la derrota del domingo ni el derrumbe que sufrió la capacidad electoral de la marca en las urnas.
“No vamos a apoyar a Milei. Las diferencias con Milei son ideológicas, mas allá de las agresiones de Milei a Larreta”, afirmó uno de los hombres de confianza de Larreta.
El acercamiento a Milei profundizó la distancia entre Larreta y Diego Santilli, que cosechó más de un millón de votos en las elecciones bonaerenses. A contramano del jefe porteño, Santilli está dispuesto a escuchar o explorar un acuerdo con los libertarios. Ayer reunió a los denominados Sin Tierra, aspirantes a intendentes que perdieron los comicios en Buenos Aires, para adelantarles sus movimientos.
El exvice de Larreta considera que no puede ir en contra de la base del electorado opositor al kirchnerismo y evalúa dos alternativas: declararse neutral o respaldar un diálogo con Milei para hacer un acuerdo integral y programático para un eventual gobierno. Cerca de Santilli afirman que la negociación debía ser encabezada por dirigentes de Pro y JxC con capital político, como gobernadores e intendentes, y no por la cúpula partidaria. Es decir, creen que Macri debería haberse corrido de la escena para preservar su figura. No obstante, Macri puso el pie en el acelerador y sorprendió a muchos representantes de Pro que lo habían visto en las últimas horas. Esgrimirá el argumento de que no podía ser neutral ante la posibilidad concreta de que Massa llegue a la cima del poder estatal. Y que de esa forma procura preservar al núcleo duro del macrismo. Apuesta un pleno a frenar el ascenso de su archienemigo. En caso de no lograrlo, considera que podrá rearmar una fuerza consistente en el Congreso junto a un pedazo de Pro y los libertarios para bloquear posibles atropellos. ¿Teme que Massa sea una amenaza para la Justicia? En JxC hay quienes sospechan que vive una pesadilla y actuó por instinto de supervivencia.
La abrupta jugada de Bullrich y el expresidente pone en aprietos, sobre todo, a los dirigentes que tienen puestos de gestión, como Jorge Macri, flamante jefe de gobierno porteño, o Ignacio Torres, mandatario electo de Chubut. ¿Irán por la neutralidad o jugarán por Milei? Por ahora, ambos dieron señales de prescindencia, pero tienen estrechos vínculos con Ramiro Marra, aliado del economista.
“Yo voy a dar mi posición, pero antes pienso enviarles a los dos candidatos una carta para saber qué postura tienen en temas como ser la coparticipación o el viaducto del tren Sarmiento. Si adelanto ahora mi posición personal por ahí ni me contestan la carta”, justificó Jorge Macri, quien se consagró ayer como el sucesor de Larreta, después de que Massa le pidiera a Leandro Santoro que se bajara del balotaje porteño para no movilizar a Pro el día en que él peleará mano a mano con Milei por el premio mayor. La ruptura de JxC a nivel nacional compromete la situación del Pro en la Legislatura de la Ciudad. Si Lousteau pega el portazo, Jorge Macri dependerá de un acuerdo con los libertarios.
“No voy a decir hoy por quién voto”, repitió esta tarde en los estudios de La Nación +. Se lo notó incómodo con el colapso de Juntos por el Cambio. A él le tocará gestionar en menos de dos meses con la coalición oficialista de la Ciudad ya extinta y con el mapa político reconfigurado.
Cerca de Torres anticipan que podría mantener la neutralidad. Quien también anticipó de qué lado del campo quedará tras la línea divisoria que se traza desde hoy en JxC es María Eugenia Vidal. Tal como esperaban en el macrismo, Vidal, que terminó la campaña para las PASO muy cerca de Larreta, pero respaldó a Bullrich y recorrió el país para apuntalar su candidatura, anunció que no acompañará a ninguno de los dos postulantes.
“Voy a ser coherente con lo que dije y representé siempre. Desde el 2003 me encuentran en el mismo lugar: en la vereda de enfrente del populismo. Por eso, no voy a apoyar a ninguno de los dos candidatos, ni voy a ser parte del gobierno de ninguno de los dos. Como a millones de argentinos, ninguno me representa”, expresó Vidal. A diferencia de Larreta, Lousteau o Morales, evitó criticar con dureza a Milei, aunque ya ha hecho públicas sus diferencias con el libertario.
Resta saber ahora qué harán los intendentes de Pro en Buenos Aires, como Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Guillermo Montenegro (General Pueyrredón) o Néstor Grindetti (Lanús). Varios de ellos no ocultaban su sorpresa por las formas y los tiempos de la maniobra. Al igual que los gobernadores, se inclinan por la libertad de acción para blindar su caudal legislativo y político. Un dato no menor que comentan en el espacio bonaerense: la rotura de JxC dejará con menos armas y protección a jefes municipales de Pro o la UCR, ya que se quebrarían los equilibrios en la Legislatura de Buenos Aires o los Concejos Deliberantes. ¿Los libertarios serán aliados de los macristas? En muchos municipios bonaerenses, alertan en Pro, Milei compitió con dirigentes que tienen vinculaciones con el peronismo, Massa o, incluso, La Cámpora.
Con la UCR y Carrió ya jugados por la neutralidad, Miguel Ángel Pichetto, quien acompañó a Macri en la fórmula presidencial en 2019, reúne a su tropa de Encuentro Republicano Federal para debatir su posición. Alfiles de esa fuerza también critican a Macri y Bullrich por avanzar sin consensos con el respaldo a Milei.
Esta noche, un importante jefe de Pro atendió el teléfono y, pese al cisma opositor, optó por un chascarrillo para graficar el momento que atraviesa el partido que fundó Macri: “Viva la libertad, carajo”.