El gobernador Axel Kicillof abrió este miércoles las sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense con un mensaje directo al presidente Javier Milei. “No se puede usar a la democracia para atentar contra ella”, advirtió en un discurso recargado de alusiones nacionales. Y agregó, en dirección a la Casa Rosada: “No se puede ser impune, cínico e irresponsable al hablar de intervención federal”. De ese modo se anticipó a una denuncia penal que termina de redactar la Fiscalía de Estado contra el primer mandatario.
En ese marco Kicillof rechazó que la Provincia sufra un “baño de sangre” a causa de la inseguridad, como dijo Milei. “Son delirios de un Presidente que ante una realidad que no se ajusta a sus caprichos decide deformarla a través de la mentira”, sentenció, apelando a estadísticas de su ministerio de Seguridad.
El eje del discurso de Kicillof ante la Asamblea Legislativa fue intentar mostrarse como líder de la oposición a Milei. En cambio, sus palabras parecieron estudiadas para no profundizar la pelea interna con Cristina Kirchner en el PJ. De hecho, apoyó la suspensión de las PASO provinciales -tal vez como un escalón previo al desdoblamiento electoral- pero se cuidó al señalar que es una decisión que le compete a la Legislatura.
“Estamos en la sede de la democracia. Hubo un hecho sin antecedentes: el presidente de la Nación amenazó con intervenir la Provincia y echar al gobernador por redes sociales. Parece irreal”, dijo. Y avanzó: “El gobernador al que usted pide la renuncia fue reelegido por más de 20 puntos de diferencia respecto al segundo candidato”, contraatacó Kicillof.
Acompañado en el estrado de la Cámara de Diputados bonaerense por la vicegobernadora Verónica Magario, Kicillof dijo que “la Argentina está siendo sometida a un experimento de ajuste y crueldad”. Afirmó que a la Provincia se le deben 9.4 billones de pesos y recordó que ya inició siete demandas ante la Corte Suprema. “La Justicia tiene que poner un límite a este saqueo”, reclamó.
“La Provincia no se somete a amenazas ni extorsiones -remarcó-. Sé que cuento con todos ustedes”, manifestó Kicillof y agradeció a la oposición legislativa por las muestras de apoyo. Pero no todos los legisladores apoyaron: los presidentes de los bloques de la UCR+ Cambio Federal y La Libertad Avanza criticaron con dureza el discurso del Gobernador.
“No puede usar el mandato que le dio la democracia para atentar contra ella”, remarcó Kicillof. “No es contra mi. Es contra la provincia, la democracia, la Legislatura y el federalismo”, enumeró.
El gobernador contó con un amplio respaldo dentro y fuera de la Legislatura. Adentro del recinto se dejaron ver los intendentes Mario Secco (Ensenada), Mariano Cascallares (Almirante Brwon), Gastón Granados (Ezeiza), Fernando Espinoza (La Matanza), Andrés Watson (Florencio Varela), Fabián Cagliardi (Berisso), Cecilio Salazar (San Pedro), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Julio Alak (La Plata).
Los alcaldes estuvieron sentados cerca de los dirigentes sindicales como Rodolfo Daer, Fabiola Mosquera (UPCN), Roberto Baradel (Suteba) y Eduardo De Isasi (ATE). Abajo, entre el público invitado, estuvieron presentes la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y el procurador Julio Conte Grand más los ministros de la Suprema Corte de la provincia Luis Fernando Soria e Hilda Kogan.
Estuvo también el presidente de la Cámara de Diputados, Alexis Guerrera y se los vio a los ministros del gabinete Javier Alonso (Seguridad), Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) y Gabriel Katopodis (Infraestructura) entre otros. También estuvieron presentes intendentes opositores como el titular del Foro de Intendentes Radicales, Maximiliano Suescún.