El Gobierno decidió derogar la reforma de las Fuerzas Armadas que había puesto en marcha el gobierno de Mauricio Macri, que permitía su incorporación a tareas de seguridad interior, con apoyo logístico, principalmente en las fronteras para controlar también narcotráfico y terrorismo, y resolvió adoptar las reglamentaciones que regían durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, que reserva para el Ejército la actuación ante las agresiones externas.
El decreto 571, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y del ministro de Defensa, Agustín Rossi, el regreso a la DNU 727/06 que sostiene que las “agresiones de origen externo” están enmarcadas en “el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”.
La decisión se da justo en momentos en que los militares hacen tareas de apoyo, en materia de seguridad en algunos retenes y para repartir alimentos, entre otras cuestiones, en medio de la pandemia por el coronavirus. Incluso, hoy, Rossi publicó un video en Twitter en el que se ve el reconocimiento que reciben los soldados por esa asistencia.
“Emociona escuchar los aplausos que recibió personal militar del Ejército Argentinao en el barrio San Jorge, de Tigre. Estos gestos se multiplican en todo el país en reconocimiento al enorme trabajo que están realizando las Fuerzas Armadas en tiempos de pandemia”, escribió el ministro.
La disposición también establece un plazo de seis meses para que el Ministerio de Defensa elabore una “propuesta de una nueva directiva de política de Defensa Nacional”.
Los decretos 683/2018 y 703/2018, que firmaron Mauricio Macri, Marcos Peña y Oscar Aguad, ex ministro de Defensa, eran parte del plan de reestructuración militar para las Fuerzas Armadas. En el primero se establecía que las Fuerzas Armadas, “instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República Argentina; la vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”.
En el segundo, Macri establecía la «Directiva de Política de Defensa Nacional» (DPDN), la modificación del despliegue de unidades y el envío de militares a la frontera norte para combatir el narcotráfico.