A partir del viernes próximo, cuando se cumplan 121 días, la ciudad y la provincia de Buenos Aires comenzarán a desandar el camino de la cuarentena. No será de golpe, todavía quedarán por delante, sobre todo en el área metropolitana, algunas actividades prohibidas, pero la Nación, el gobierno porteño y la gobernación ya tomaron la decisión de ir a una situación mucho más flexible. Incluso, mayor que la que se vivía antes del 30 de junio.
Industria, comercios de cercanía, restaurantes (con la modalidad de comida para llevar), deportes y salidas recreativas son algunas de las actividades que se pondrán en marcha en la siguiente etapa del aislamiento.
Con los números en la mano se reunieron el jefe de Gobierno y el gobernador bonaerense en la oficina del mandamás porteño, en Uspallata. Como sucedió en las últimas semanas, días antes de los anuncios sobre la cuarentena, Rodríguez Larreta y Kicillof puntearon los principales ejes de la presentación que encabezarán junto al presidente Alberto Fernández.
Cuando ya pasaron 13 días de la cuarentena reforzada, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof llegaron a la misma conclusión: el fuerte freno tuvo el efecto que se buscó y ahora llegó el tiempo de la recompensa para la sociedad.
Si bien los números de contagios se mantienen altos en ambos distritos y eso no dejar de preocupar, las autoridades de las tres administraciones consideraron que se frenó el crecimiento exponencial que se había registrado en las semanas previas a la cuarentena rígida.
El número de camas de terapia intensiva ocupadas se mantiene estable, incluso cayó un poco. Otro dato que resaltaron es que el número de gente que contrae coronavirus también está equilibrado desde hace poco más de 10 días. «Son indicadores que dan tranquilidad. Se pudo controlar la situación», describió una integrante del gabinete de Kicillof.
En las conversaciones que mantuvieron esta semana Rodríguez Larreta y Kicillof coincidieron con el diagnóstico. Lo mismo en los contactos que el jefe de gobierno y el gobernador mantuvieron con el Presidente. «Estamos satisfechos con los resultados», sostuvieron fuentes cercanas al jefe del Estado.
Tanto es así que, por primera vez desde el 20 de marzo, cuando comenzó la cuarentena, el Gobierno comienza a salir del letargo y empieza a poner en marcha la tan esperada agenda pospandemia. Desde esta semana se empezarán a mover la lista de temas pendientes que Alberto Fernández acumula en su cajón, todos los proyectos de ley con los que el Presidente tenía planeado moldear la identidad de su gestión.
El plan incluye la reforma judicial, un nuevo blanqueo de capitales, una fórmula de movilidad jubilatoria y la creación de una «comisión de notables» que analizará la «composición» de la Corte Suprema.
Rodríguez Larreta y Diego Santilli ya tienen preparado un esquema de apertura gradual: la puesta en marcha, claro está, será semanal y estará atada a la evolución de los contagios.
En ese listado están incluidos la vuelta del fútbol (sin público), la preparación de las escuelas para el regreso de las clases -que difícilmente empiecen antes de septiembre-, la habilitación de obras privadas, shoppings, el uso del espacio público -plazas y parques-, peluquerías y la apertura de restaurantes, pero con atención en mesas al aire libre.
Aunque en primer lugar está la apertura de comercios, algo que se dará a partir del 18, y una semana después el regreso de la actividad para los servicios personales o independientes, como abogados, contadores y escribanos, entre otros. También es factible que abran las peluquerías.
El dato que siguen con obsesión Rodríguez Larreta y su ministro de Salud, Fernán Quirós, es el tiempo de duplicación de casos, que está en aproximadamente 20 días. El denominado R, el número que establece a cuántas personas en promedio contagia un infectado, sigue estable en 1,05. Eso, en días récord de contagio de enfermos, como sucedió el último jueves, con 1116 registros, significa que se logró achatar, una vez más, la curva.
«Sabíamos que la cantidad de casos iba a crecer; la semana que viene es clave», sostuvo Santilli.
Según las proyecciones que hacen en Uspallata, el próximo viernes, cuando venza el nuevo plazo, quedarán entre una y tres semanas de incremento de contagios. Después de eso, comenzaría a bajar el número de enfermos por Covid-19.
En la provincia de Buenos Aires también anticipan una apertura importante. El gobernador Kicillof y su equipo resaltaron las consecuencias de la vuelta atrás en la cuarentena. «Era necesario pegar un golpe», describieron fuentes cercanas al mandatario bonaerense.
Con realidades distintas, los 40 municipios que forman parte del AMBA tendrán una apertura casi total de comercios e industria.
Además, el gobernador evalúa la posibilidad de reabrir registros automotores y de la propiedad. Pero también cedería en una de los temas que mayores polémicas trajeron con la ciudad: los deportes individuales al aire libre. Según anticiparon fuentes oficiales, es prácticamente un hecho que se podrá salir a correr y andar en bicicleta.
«Si seguimos haciendo las cosas bien, después del 17 pasaremos a una fase mejor. Tiene que ser ordenada, para que todo este esfuerzo no se vaya al diablo», sostuvo el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán.
Y cerró: «Observamos que se estiran los tiempos de duplicación en la zona del AMBA. Estamos evaluando con buenas perspectivas lo que pase en los últimos días de esta etapa dura».