El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, resolvieron avanzar de forma coordinada en la próxima etapa de la cuarentena por el coronavirus.
El encuentro, en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, en Parque Patricios, se dio un antes de que ambos mandatarios visiten al presidente Alberto Fernández en la quinta presidencial de Olivos para resolver los últimos detalles antes del anuncio con la extensión por dos semanas más.
Rodríguez Larreta, que anteayer visitó al jefe del Estado en la residencia oficial, avanzará con algunas nuevas actividades deportivas, como el tenis y el golf, y la habilitación de comercios en avenidas, en el camino del plan de seis etapas y 100 protocolos planteado por la ciudad a mediados de julio. Kicillof, en tanto, mantendrá la cuarentena sin modificaciones en los 35 municipios que integran, junto con la Capital, el área metropolitana.
El encuentro se dará después de una nueva semana en la que desde la provincia volvieron a marcar diferencias con sus vecinos. Una de las encargadas de exhibirlas fue la ministra de Gobierno, Teresa García, que cargó contra la administración porteña ante la posibilidad de que se pueda jugar al golf en la ciudad.
«En este momento de crecimiento del virus parece inadmisible que se puedan habilitar actividades como el golf», dijo la funcionaria bonaerense, una dirigente de máxima confianza de Cristina Kirchner. Y remató: «El golf no está en la agenda del gobernador Kicillof. Nuestra agenda son las industrias, los trabajadores y los comercios de proximidad».
Horas antes, el ministro de Salud, Daniel Gollán, culpó a los habitantes de la Capital por la distribución de nuevos contagios. «En la ciudad hay cada vez más casos y eso hace que el virus se distribuya por otros lugares», sostuvo.
A pesar de estas críticas, Rodríguez Larreta no prevé grandes alteraciones en su hoja de ruta. Recalcaron en Parque Patricios que habrá avances, a cuentagotas, pero palpables.
La autorización para deportes individuales (tenis, golf, remo y hasta turf) y para abrir locales comerciales en avenidas se sumaría finalmente a la lista de autorizados, quedando relegados otros rubros sensibles como la gastronomía al aire libre y la demarcación en espacios públicos como plazas y take away.
De la fase 2, solo se autorizó hace diez días la reapertura de industrias en la ciudad. «La gente tiene que sentir que va hacia adelante de alguna forma», explicaron cerca del jefe de gobierno.
Lejos están, por el momento, actividades de la etapa 3, como la reapertura de cementerios, eventos religiosos con tope, shoppings y atención médica sin tratamiento. Ni hablar de las reuniones sociales en espacios abiertos con tope de diez personas, las calesitas en las plazas y el servicio doméstico para no residentes, incluidas en la fase 4, o la vuelta del teatro y reuniones sociales en espacios cerrados, incluidos en la fase 5.
Ciencia ficción parece hoy la etapa 6, con eventos deportivos masivos y boliches abiertos, mientras la reapertura de las escuelas ni siquiera aparece en ese plan a pesar de que se evalúan de cerca los ensayos que se llevan a cabo en otras provincias.
«Vamos a avanzar con la apertura de algunas actividades, de poco impacto en la movilidad, de forma gradual y con mucho cuidado, como lo venimos haciendo desde el día que presentamos el plan de puesta en marcha de la ciudad», reiteraron desde el gobierno porteño, cuidadosos en su vínculo con la Casa Rosada.
También agregaron que revisarán «la evolución de los datos» de los últimos 15 días, para llevar la propuesta de actividades y «definirla» entre hoy y mañana. Los datos de ayer alertaron a todos y las reaperturas previstas posiblemente se demorarían.
