En tren de articular entre los actores de Juntos por el Cambio y consolidarse como un líder del arco opositor, Horacio Rodríguez Larreta se trasladó hoy hasta La Plata para compartir un acto con el intendente local, Julio Garro. El jefe de gobierno porteño salió por unas horas de su distrito y se mudó hasta la capital de la provincia de Buenos Aires, donde -según sondeos que llegan a Uspallata- viene registrando un crecimiento de su imagen producto de la visibilidad que le dio el manejo de la pandemia por el coronavirus .
En la sede oficial porteña aseguran que Rodríguez Larreta no acelerará los tiempos de su posicionamiento nacional. Por ahora, en la cronometrada agenda del jefe de gobierno porteño, la energía estará focalizada en articular la política interna de Juntos por el Cambio. «Estamos manteniendo la unidad y eso es una plantita que hay que regar todos los días», ilustran en el gobierno porteño.Dólar. Estiman que los bancos volverán a vender entre mañana y el lunes
Además de conversar mano a mano, y a diario, con referentes, legisladores y exfuncionarios y más allá de los llamados y zoom de los que participa para administrar las tensiones internas, Rodríguez Larreta también dedica cada vez más tiempo a estrechar puentes con intendentes y gobernadores. Para ninguno de sus interlocutores es un secreto que desde que dio los primeros pasos en la política el jefe de gobierno porteño arrastra el sueña de ser alguna vez presidente.
Cooperación
Así, Rodríguez Larreta se mostró hoy con Garro en un acto de gestión, la faceta que, por ahora, más le interesa explotar. Los funcionarios firmaron un convenio para intercambiar información y prevenir emergencias climáticas mediante el Sistema de Alerta de Tormentas que monitorea el estado de las cuencas de la Ciudad y del Río de la Plata.
Juntos, Rodríguez Larreta y Garro recorrieron el Comité Operativo de Emergencia Municipal (COEM), las oficinas del 147 y una Cabina del SAME, todo en La Plata, sede de trabajo del gobernador Axel Kicillof.
«La mirada siempre es la gestión y en el caso de la zona metropolitana siempre se articuló el trabajo conjunto. Tenemos que tener políticas de Estado en común en temas como la salud, la educación, seguridad, transporte», señalan desde Uspallata sobre la actividad en La Plata.
A los actos de gestión, Rodríguez Larreta también pretende imprimirles un sello de «cooperación». «Hay aprendizaje y enseñanza mutua en cuestión de manejo de políticas públicas. Es decir, tenemos que copiar las cosas buenas que se puedan aplicar y adaptar en la ciudad y transmitir lo mismo desde acá», acotan en el gobierno porteño.
Rodríguez Larreta hoy pretende sostener la relación protocolar y de gestión con Alberto Fernández y con Kicillof , a pesar de que la quita de la coparticipación produjo un quiebre en la confianza que cambió el clima político. La estabilización y baja de casos de coronavirus en la ciudad, al menos, descomprimió la instancia de negociación que se da entre los tres distritos a la hora de renovar las medidas sanitarias.
«Nosotros creemos en el diálogo como forma de trabajar porque tenemos responsabilidades de gestión. Pero la confianza se lesionó», señalaba en los últimos días a LA NACION un importante funcionario del gobierno porteño. En definitiva, Rodríguez Larreta tiene un largo camino de tres años hasta la instancia que podría ser crucial para su sueño presidencial.