Aparentemente sí. Seguramente pensarán que se debe tratar de una causa muy complicada en donde el menor afectado pasó por pericias que arrojaron como resultado la necesidad inmediata de impedir el contacto con su padre por representar éste un peligro inminente para su hija. Pues no necesariamente. ¿Estamos en Argentina, no es así?
Hoy nos toca hablar sobre Gonzalo, un padre que 7 meses después de haberse separado de la madre de su hija , y con un régimen de visitas otorgado por el Juzgado de Familia de N°10 de Lomas de Zamora, recibe una primer denuncia allá por el año 2016. ¿La causa? La niña, que en ese entonces tenía dos años expresó: “papá me tocó la cola”, de acuerdo a lo que su madre hizo saber. Este papá luego de una causa de 7 meses de duración fue sobreseído. Había finalizado una primera obstrucción pero vendrían otras.
Se ordenó reestablecer el vínculo, aunque con restricciones. Los encuentros debían ser en espacios públicos y con familiares presentes. Sin embargo, este primer contacto luego de mucho tiempo sólo duró eso…un encuentro. Gonzalo, su madre, sus cuatro hermanos, dos cuñados y una sobrina se encontraron en un conocido Shopping de Adrogué con la menor. El encuentro según el papá fue hermoso. Sin embargo, una nueva denuncia fue radicada, esta vez en Provincia de Buenos Aires. Y adivinen la causal. La madre nuevamente citó que su hija le expresó: “papá me tocó la cola”. ¿También se están preguntando cuándo, en dónde, lo hizo frente a todos?…a la Justicia no le interesó indagar demasiado.
Pasaron unos ocho meses hasta que Gonzalo pudo, nuevamente, tener contacto con su hija con la misma modalidad y la alegría mayor llegó cuando el 4 de noviembre de 2018 el Juzgado resolvió que este padre podía llevar a su hija a casa aunque sin pernocte. Finalmente aparecía una luz al final del túnel, un poco de esperanza luego de tanta lucha y angustia.
El 14 de noviembre, diez días después de la resolución, se encontrarían nuevamente Gonzalo y su ex pareja, ésta vez para que la niña pudiese irse con su papá. Esta vez los familiares presentes decidieron filmar todo el encuentro desde la llegada de la mujer con la niña hasta el momento en el que se retiró negándose a entregar a su hija. Y la tercer denuncia no tardó en llegar. La mujer adujo que este padre había “zamarreado de la ropa” a su hija en su intento de llevársela por la fuerza. El Juzgado aplicó una perimetral, el padre fue citado y si bien se presentaron todos los videos en donde se observaba que lo relatado nunca había sucedido, el Juez rechazó la presentación. Hubo una apelación y finalmente archivaron su causa.
Finalmente uno pensaría, todo se había solucionado. Padre e hija volverían a estar juntos. Sin embargo, esto nunca sucedió.
Desde aquél día Gonzalo no volvió a ver a su hija.
Hay aún una denuncia vigente desde diciembre de 2016 en manos de la UFI 9 de Lomas de Zamora, quién hasta la fecha no se ha expedido. Sí, más de 4 años sin investigar, más dos cámaras Gesell realizadas a la menor en las que se concluyó que “el temor no es hacia el padre, sino hacia la madre a quien no desea defraudar”, “la niña se expresa de manera espontánea con un discurso armado” y finalmente y aún más importante…”El discurso no es acorde a su edad cronológica”.
Hoy su hija está cercana a cumplir 8 años de edad y vive completamente alejada de su padre y toda su familia paterna extendida.
Otro caso más, otro padre impedido, otro niño judicializado y privado de sus derechos y nuevamente una Justicia torpe, lenta y desinteresada, pero por sobre todo…una Justicia inoperante.
Los derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes nunca se verán garantizados en nuestro país si no se investiga, si no se visibiliza esta problemática y si no nos encargamos de difundirla.
La niñez en Argentina y en el mundo entero está en peligro…a manos de quienes deberían ser los que velan por su seguridad. Es hora de que la Justicia se quite la venda y despierte…los niños claman por ella.