El Frente de Todos no definió cuando se reunirá para discutir el programa económico a la espera de lo que ocurra en Diputados; no hay gestiones para acelerar el debate
En sintonía con el silencio que sobre el tema mantiene Cristina Kirchner, la bancada oficialista del Senado, que preside José Mayans (Formosa), podría postergar para la semana próxima una definición sobre la posición que adoptará en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un fuerte contraste con lo que ocurrió en la Cámara baja, en la que el mismo día que entró el proyecto del Poder Ejecutivo se definió un cronograma de trabajo, el Frente de Todos no ha realizado ningún movimiento para trazar una hoja de ruta que permita establecer los tiempos del trámite legislativo del entendimiento cuando ingrese al Senado.
Por el momento, la estrategia apunta a esperar lo que ocurra en la Cámara de Diputados. Quieren mirar, sobre todo, cómo terminarán acomodándose las posiciones en el bloque que preside Germán Martínez (Santa Fe) desde que, a principios de febrero, Máximo Kirchner abandonó el cargo en disidencia con las negociaciones del gobierno de Alberto Fernández con el organismo de crédito.
En ese sentido, en el bloque conducido por Mayans y la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) todavía no tienen decidido cuando se reunirán. Una fecha tentativa es este jueves, pero otras fuentes sostienen que recién podrían encontrarse la semana próxima para debatir el proyecto del Poder Ejecutivo. En otras palabras, van a esperar a que el acuerdo esté aprobado por la Cámara de Diputados antes de tomar una definición.
Sin embargo, conocer los alineamientos, tanto propios como de la oposición, en la cámara vecina tampoco servirá de mucho para esclarecer las cuentas necesarias para que la refinanciación de la deuda también pueda tener el visto bueno del Senado.
Abstenciones
Es que en la Cámara alta las abstenciones cuentan como ausencias, afectando el quórum de 37 legisladores presentes necesario a la hora de la votación. Por lo tanto, el uso en masa de esa herramienta deja de ser una opción.
Pero, además, la fuerte resistencia que el acuerdo genera en el oficialismo obligará a un meticuloso análisis de cada voto negativo en ambos campamentos legislativos. Es que en una cámara con 72 integrantes que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se reparten casi en partes iguales (35 de un lado, 33 del otro), el rechazo de la coalición opositora a uno de los artículos del proyecto, el que establece cómo el Gobierno pretende poner en práctica lo acordado con el FMI, podría terminar con la cláusula rechazada.
El panorama se complicó en las últimas horas con las palabras de uno de los habituales aliados del oficialismo en la Cámara alta, Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), que amenazó con rechazar el acuerdo.
“Todavía no lo decidí. Hablando rápido, en confianza, hoy es no, es negativo, ni siquiera abstención”, afirmó el rionegrino, que siempre conjugó su alineamiento con el Frente de Todos a partir de su relación con Cristina Kirchner en el Senado y el trato financiero que el Gobierno nacional le dispensa a la gobernadora de su provincia, Arabela Carreras.
Esta encerrona ocupa por estos días a Juntos por el Cambio. En virtud de esta diferencia de escenarios es que los líderes parlamentarios del conglomerado opositor de ambas cámaras se reunirán este martes para acordar una estrategia que le propondrán a la Mesa Nacional de la coalición.
En el oficialismo evaden hablar del tema por el momento y prefieren postergar cualquier definición tajante. Se mantiene lo que dijo Mayans hace ya dos semanas, cuando rompió el silencio oficialista y anticipó que su bloque, con el detalle del acuerdo en la mano, iba a discutirlo para tomar una decisión.
Las señales previas no son alentadoras. En la anterior reunión, celebrada diez días atrás, la mayoría de los senadores oficialistas criticaron las negociaciones con el FMI y cuestionaron el papel del Gobierno y del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Sin embargo, a medida que la llegada del entendimiento al Congreso comenzó a tomar cuerpo, las declaraciones en el Frente de Todos de la Cámara alta comenzaron a virar hacia una posición más racional y contemplativa con las necesidades del Poder Ejecutivo.
Por ejemplo, Fernández Sagasti se mostró moderada este fin de semana. Si bien reconoció que la bancada votará dividida (“no será un voto unificado”, fue la expresión que usó) y dijo que todavía no tenía decidida su posición, aseguró que tomará una decisión “como peronista y mendocina”. Toda una señal teniendo en cuenta que es vicepresidenta del bloque del Gobierno, más allá de que es uno de los pocos senadores con relación directa con Cristina y Máximo Kirchner.