El organismo dijo que “toda la economía mundial sentirá los efectos de un crecimiento más lento y una inflación más rápida”; el impacto sobre los precios será más significativo para América latina
WASHINGTON.- Menos crecimiento, más inflación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) brindó su diagnóstico más crudo hasta ahora sobre el impacto de la guerra en Ucrania, al afirmar que representa un “gran golpe” a la economía global que le pondrá un freno a la recuperación a la pandemia del coronavirus y acelerará la suba de precios. El panorama del Fondo fue particularmente pesimista para América Latina, donde el organismo espera que la inflación se acelere “significativamente” debido a los aumentos en los alimentos y la energía.
“Más allá del sufrimiento y la crisis humanitaria de la invasión rusa de Ucrania, toda la economía mundial sentirá los efectos de un crecimiento más lento y una inflación más rápida”, dijo el Fondo en un documento difundido en Washington.
La invasión de Rusia a Ucrania provocó una disparada en el precio de las materias primas, sobre todo del petróleo, el gas y el trigo, principales productos que exportan Rusia y Ucrania. La subdirectora del Fondo, Gita Gopinath, ya había advertido hace poco que el nuevo conflicto llevaría a un repunte inflacionario, exacerbando un problema que despuntó el año anterior en medio de la reactivación global a la pandemia.
Los pronósticos del Fondo conllevan fuertes repercusiones para la Argentina. La inflación se aceleró en febrero al alcanzar el 4,7% mensual y subir al 52,3% anual. El dato ni siquiera registró todo el impacto de la guerra ya que los últimos aumentos de la nafta se anunciaron en marzo. El nuevo panorama le suma más presión al nuevo acuerdo con el Fondo y complica el cumplimiento de sus metas y sus objetivos: el sendero de ajuste fiscal y monetario depende en gran medida del ajuste de los subsidios energéticos, atados al precio del petróleo, y del desempeño de la recaudación, sujeta al crecimiento y el consumo.
“Los precios más altos de productos básicos como alimentos y energía empujarán arriba aún más la inflación”, advirtió el Fondo.
El Fondo ha dicho que el nuevo programa es realista y creíble, pero los números del plan quedaron en el limbo ante el deterioro en el contexto global provocado por el conflicto en el este de Europa.
Más allá de las metas que la Argentina debe cumplir, el acuerdo con el Fondo tiene por objetivo central bajar la inflación y había fijado para este año un rango objetivo del 38 al 48 por ciento de inflación anual, que algunos analistas ya consideraban demasiado optimista y ahora luego del dato de febrero parece poco menos que imposible. Otras metas y objetivos, como el saldo comercial y el aumento de las reservas, están sujetas a varios supuestos sobre el crecimiento de la economía, el desempeño de los socios comerciales de la Argentina, y los precios de los productos que exporta e importa el país, en particular, los granos y el petróleo, que han aumentado.
El análisis difundido en Washington lleva la firma de los cinco directores de los departamentos regionales del organismo: Alfred Kammer, de Europa; Jihad Azour, de Asia Central y Medio Oriente; Abebe Aemro Selassie, de África; IIan Goldfajn, del Hemisferio Occidental, y Changyong Rhee, de Asia y Pacífico.
“Los aumentos más pronunciados de los precios de los alimentos y el combustible pueden generar un mayor riesgo de disturbios en algunas regiones, desde el África subsahariana y América Latina hasta el Cáucaso y Asia central, mientras que es probable que la inseguridad alimentaria aumente aún más en partes de África y Oriente Medio”, agregaron.
Los directores anticiparon que es probable que los pronósticos de crecimiento del Fondo sean revisados a la baja cuando se presente el mes próximo el Panorama Económico Mundial, el informe más importante del organismo, en la reunión de primavera que se volverá a realizar por tercer año de manera virtual.
“Es probable que los altos precios de las materias primas aceleren significativamente la inflación en América Latina y el Caribe, que ya enfrenta una tasa anual promedio del 8 por ciento en cinco de las economías más grandes: Brasil, México, Chile, Colombia y Perú”, indica el documento, sin mencionar a la Argentina, la tercera economía de la región, que sufre una de las inflaciones más altas del mundo.
“Los bancos centrales pueden tener que defender aún más la credibilidad de la lucha contra la inflación”, señala el documento.
El Fondo dijo que las condiciones financieras siguen siendo relativamente favorables, pero la intensificación del conflicto puede causar dificultades financieras mundiales que, con una política monetaria interna más estricta, afectarán el crecimiento.