El organismo recalculó a la baja sus proyecciones por el conflicto bélico en Ucrania; además, apoyó las sanciones contra Rusia y criticó que los demás países exportadores de petróleo no incrementen su producción para contener los precios
PARÍS.– La factura de la guerra en Ucrania va a ser grande. El conflicto bélico iniciado por Moscú llevó a que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebajara en un punto y medio, a solo 3%, su proyección de crecimiento global para este año, mientras la inflación sigue disparada. Las cosas podrían empeorar, advirtió, tanto para los países pobres como para Europa, que tiene la guerra a sus puertas y a la cual cortar su dependencia energética de Rusia le puede salir más caro de lo que ya le está saliendo.
Aun así, el organismo con sede en París dio un inusual mensaje político al apoyar, sin rodeos, las sanciones que la comunidad internacional le impone a Rusia, especialmente las energéticas, ante una guerra que su secretario general, Mathias Cormann, calificó de “atroz, no provocada y sin sentido” .
“Limitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra, como busca el embargo a las exportaciones petroleras rusas, es esencial para acelerar el fin a este devastador conflicto”, sostuvo la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en el editorial que encabeza las perspectivas económicas semestrales. Un informe que, significativamente, viene encabezado por la foto de una perforadora de pozos de petróleo en un campo de trigo: los recortes en energía y la carestía de alimentos básicos como los cereales y de fertilizantes, son parte de los grandes problemas por la guerra.
“Las sanciones occidentales y la reciente decisión de la UE de imponer un embargo al petróleo ruso son importantes pasos concretos para elevar la autonomía estratégica frente a Rusia”, acotó Cormann. Es cierto, concedió, que el embargo tiene “implicaciones económicas sustanciales”. Pero, agregó, “es una herramienta muy importante para acelerar el final de la guerra y la transición ecológica”.
Por su parte, Boone criticó a los países exportadores de petróleo que tienen capacidad para compensar el crudo que dejará de llegar de Rusia, pero que no parecen por ahora dispuestos sacar más barriles al mercado. La OCDE calcula que, a causa de esa actitud, el embargo provocará una suba del precio del petróleo a hasta US$123 el barril en 2023, frente a los US$107 que tendría en ausencia de esa prohibición de compras de crudo ruso.
“Hay bastante petróleo en el mundo que no está siendo utilizado para compensar totalmente el embargo sobre el petróleo ruso. No tendría por qué producirse esa suba del precio si los Estados del Golfo liberaran, si la OPEP liberara ese petróleo”, dijo Boone a periodistas.
La OCDE vaticina un crecimiento global este año de 3%, frente al 4,5% que había previsto en diciembre. El estallido de la guerra provocó que el organismo, por una vez, se saltara la revisión intermedia que hace en marzo de sus cifras y publicara solo una “evaluación” del impacto del conflicto bélico, que ya reducía las expectativas de crecimiento.
Las estimaciones de ahora son más pesimistas incluso que en esos primeros cálculos. Así, la eurozona crecerá solo 2,6% (en diciembre se calculaba 4,3%), mientras que en 2023 habría un más tímido 1,6% de suba del PBI (2,5% en diciembre).
A ello se une, advierte la OCDE, que “una interrupción abrupta en toda Europa del flujo de gas de Rusia” podría provocar una alteración mayor aún en el crecimiento, al igual que nuevos aumentos de los precios de las materias primas o mayores disrupciones en la cadena de abastecimiento que las que ya se producen. Resumiendo, subraya la OCDE, “la incertidumbre es alta”.
Aunque la guerra le queda más lejos, también Estados Unidos sufrirá: su economía solo crecerá 2,5% este año, casi un punto menos de lo que se calculaba antes, y 1,2% en 2023. Y el 5,1% que preveía en diciembre la OCDE para China se queda ahora en 4,4%.
La inflación, por su parte, rozará 9% en los países de la OCDE. En la eurozona llegará a 7% este año, aunque para 2023 debería reducirse ya a 4,6%. En Estados Unidos subirá a 5,9%, antes de bajar a 3,5% en 2023. “El sustancial coste de la guerra, la alta incertidumbre y el próximo embargo de carbón e importaciones de petróleo ruso por vía marítima a Europa se unen a los desafíos que ya provocaban las presiones inflacionarias y la desigual recuperación de la pandemia”, según el informe. Boone evaluó que, aunque a nivel global los niveles de inflación y empleo sugieren que ya no es necesaria una política monetaria acomodaticia, la respuesta debe ser “diferenciada” según los países y según el origen de su inflación. © El País