El ministro de Economía se reúne con David Lipton; por la tarde irá a la sede del organismo multilateral y espera poder anunciar que se completó exitosamente la segunda revisión del programa argentino
WASHINGTON.- Sergio Massa se llevó una foto y un gesto político del Departamento del Tesoro de Estados Unidos: vio a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, además de David Lipton, el funcionario del gobierno de Joe Biden que mejor conoce a la economía argentina. Yellen y Lipton juegan un papel decisivo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). donde Estados Unidos es el principal accionista y el jugador de mayor peso en el board, donde se toman todas las decisiones finales.
Luego de su encuentro en el Tesoro, Massa irá al Fondo a cerrar un nuevo acuerdo con la directora Gerente, Kristalina Georgieva, con el que espera liberar un giro de alrededor de 4000 millones de dólares para la Argentina.
Massa llegó al Departamento del Tesoro acompañado por el embajador, Jorge Argüello, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y tres miembros del equipo que trabajó durante la última semana con los técnicos del Fondo: Gabriel Rubinstein, Marco Lavagna y Leonardo Madcur. No estuvo con ellos Silvina Batakis, presidenta del Banco Nación.
El encuentro del Tesoro era de una de las citas más importantes de toda la gira de Massa. Estaba previsto que se viera con Lipton y con Michael Kaplan, el funcionario abocado a América latina. Pero la presencia de Yellen fue una sorpresa porque si bien era una posibilidad latente, en la delegación argentina se habían ocupado de evitar mencionarla y de bajarle el tono a que ocurriera. Yellen al final dijo presente, y Massa pudo tener una foto que ni Martín Guzmán ni Silvina Batakis tuvieron, y le levantó el balance político a su visita.
Luego del Tesoro, Massa irá al Fondo Monetario Internacional para reunirse con Kristalina Georgieva y los técnicos para cerrar la segunda revisión del acuerdo de la Argentina y definir el futuro del programa económico. En la delegación argentina se mostraban cautelosamente optimistas respecto del cierre de las negociaciones con el Fondo, que arrancaron en Buenos Aires vía Zoom y cerraron este fin de semana.
Massa, su equipo y el Fondo blindaron las discusiones bajo un cono del silencio. Nadie quiso anticipar el desenlace o brindar detalles de qué se discutió, más allá de lo sabido: se revisaron los números del segundo trimestre –el Gobierno dijo que alcanzó las metas pactadas en el acuerdo, aunque con trucos con la cifra de reservas y una dosis de contabilidad creativa de Martín Guzmán y sus colaboradores–, y en definir cómo seguirá el programa hacia delante. Los objetivos para este año están en capilla, pero Massa dijo que el Gobierno tiene que “trabajar para cumplirlos”.
Las dos metas centrales que el Gobierno debe lograr este año son un déficit fiscal primario equivalente al 2,5% del producto bruto interno (PBI) y sumar US$5800 millones de reservas netas. Ambas metas están en duda, en particular la de las reservas. Massa logró dos avances en ese frente esta semana, aunque a costa de sumar más deuda: puso en marcha el “dólar soja”, que elevó las liquidaciones del complejo sojero, en un esquema que incluye la emisión de una letra en dólares del Tesoro para el Banco Central, y amplió la asistencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que este año aportará US$1200 millones de libre disponibilidad, US$400 millones más de lo previsto originalmente.
Una buena parte del trabajo con el Fondo estuvo abocada a definir cómo sigue el programa y cómo planea el Gobierno asegurar que se cumplan las metas que acordó Guzmán, en marzo de este año. Hasta ahora, el Gobierno ha buscado proyectar un fuerte compromiso con esos objetivos. De hecho, el motivo principal que impulsó el nuevo viaje Silvina Batakis a Washington, ahora como presidenta del Banco Nación, es mostrar continuidad en ese compromiso, pese a los cambios de nombres.
Más allá del acuerdo con el FMI, el otro tema que tiene en carpeta el Gobierno es la posibilidad de cerrar un convenio de intercambio automático de información financiera con el gobierno norteamericano, con la intención de detectar, al menos, US$100.000 millones depositados en cuentas de argentinos en los Estados Unidos, según estimaciones del Gobierno.
Aunque el Gobierno dijo que ya tiene un acuerdo técnico con Estados Unidos, en la delegación argentina deprimieron las expectativas en los últimos días respecto de la posibilidad de que se llegue a la firma, sin llegar a confirmar, incluso, que Massa toque el tema en su reunión con Lipton.