El expresidente dijo que si no hay una “marcada diferencia” entre los dos principales candidatos de su partido para 2023, no va a “pedir el voto”; fue en el marco de una entrevista con un medio español
El expresidente Mauricio Macri se refirió a las eventuales candidaturas presidenciales de Pro en 2023 y, en alusión a Patricia Bullrich y a Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que si no hay una “marcada diferencia” entre ellos en esa carrera, no va “a pedir el voto por uno”. “Mi trabajo es hoy ayudarlos a crecer, y si veo que al final del camino uno garantiza el cambio y otro no, yo voy a jugar”, sostuvo en una entrevista con el medio español ABC, para después apuntar: “Estoy bien donde estoy”.
“Creo en la sabiduría de la gente”, indicó Macri y tras ello agregó: “Los veo muy bien a los dos, veo una evolución permanente; el camino a ser presidente no es de un día para el otro, es un proceso en el que se va madurando, se va incorporando más visión, más conocimiento. Y tanto a ellos como a María Eugenia Vidal y a otros más del radicalismo los veo creciendo, aumentando su firmeza y su convicción en sus ideas”.
“No siento que necesite ni una revancha, ni una reivindicación, sé de la relación y el afecto que tengo de la gente pero creo que hoy yo tengo que batallar por las ideas y no por una cuestión individual”, añadió el expresidente tras ser consultado por una posible candidatura suya en 2023.
En ese sentido, Macri indicó que en la Argentina “no fracasan las personas, fracasan las ideas”, insistió con la llegada del “fin del populismo” y predijo “20 años de crecimiento” para el país a partir del año que viene. “Ahora, cuando llegamos a unos niveles de pobreza que nunca nadie imaginó que la Argentina iba a tener, estamos entendiendo que esto no funciona más. Y ahí mismo es donde radica mi optimismo: la Argentina de Evita y Perón inventó el populismo pero va a ser la Argentina el primer país en quitarse el populismo de encima”, enfatizó.
En esa línea, prometió: “Vamos a restablecer una convivencia a partir de la ley y eso va a generar un proceso de inversión y trabajo. No va a ser de un día para el otro, pero empieza un proceso en el cada día y cada año a vamos a estar mejor. En 20 años la Argentina volverá a ocupar un lugar importante en el mundo. El populismo se acabó”.
Por otro lado, Macri calificó de “grotesca e innecesaria” la “instrumentalización” del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner que, a su entender, llevó adelante el Gobierno. Y aunque descartó la “teoría conspirativa” que sostiene que se trató de un montaje para beneficiar al oficialismo, aclaró: “Es todo tan burdo que entiendo que la gente lo crea”.
“No hacía falta volver a despreciar a los argentinos con un feriado cuando a tanta gente le cuesta llegar a fin de mes, sacar a los chicos de la escuela, acusar a la oposición, al periodismo, a los jueces de ser responsables de algo que aparentemente hizo un grupo de trastornados que no tiene nada que ver con la política y menos con los otros poderes”, añadió.
Distintas estrategias
La disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se libra en todos los planos. Mientras Mauricio Macri estira el misterio en torno a una eventual candidatura y se ubica en un rol ecuménico, el jefe de gobierno porteño y la exministra aceleran el armado de sus proyectos presidenciales y se alistan para la batalla interna. Además de nutrir sus equipos técnicos, reclutar aliados y estrechar lazos con el círculo rojo, una fuente de financiamiento, Bullrich y Larreta ajustan sus estrategias políticas y de comunicación para seducir al electorado.
La transición de liderazgos que arrancó en Pro con la derrota de 2019 también se reflejó en el terreno de la comunicación política. Desde que Macri dejó la Casa Rosada, Jaime Durán Barba y Marcos Peña no se encargan de marcar los lineamientos de las campañas proselitistas ni de unificar el relato o “narrativa” del principal partido opositor.
Con el repliegue de Peña, quien estuvo al frente de la comunicación de Pro desde que Macri era jefe porteño, Durán Barba y sus colaboradores más cercanos –Santiago Nieto, Roberto “Doc” Zapata y Gandhi Espinosa Tinajero– dejaron de brindar sus servicios al macrismo y de tener injerencia en el esquema comunicacional del partido fundado por el expresidente. Sin embargo, el asesor ecuatoriano y sus laderos se mantuvieron en contacto, sobre todo, con Larreta y su estratega electoral: el secretario de Comunicación porteño, Federico Di Benedetto.
Por su parte, con un estilo disruptivo, la titular de Pro se mueve casi de manera autónoma a la hora de comunicar: “Hacemos lo que creemos y sentimos. Patricia es ingobernable”, cuentan sus allegados. Su foto al borde del Camino de Cintura para respaldar la reapertura de la fábrica de neumáticos de Bridgestone y Firestone, en Llavallol, fue una demostración de su accionar instintivo. Ella había llegado hace pocas horas a la Capital tras visitar Chubut y se enfureció con sus colaboradores cuando vio que habían difundido en redes un video grabado por el Día Nacional de la Ballena Franca Austral, sin hacer menciones al conflicto sindical: “Esto va a explotar por los aires. Tenemos que ir a las fábricas”, bramó, antes de subirse a un auto para viajar a Llavallol. El día del intento de atentado contra Cristina Kirchner decidió esperar a escuchar el mensaje de Alberto Fernández antes de pronunciarse y condenar el ataque, como habían hecho Macri o Larreta.