El dinero de la pareja procede principalmente de la participación de Murty en la empresa de su padre, Infosys. También es propietaria de la incubadora Catamaran Ventures UK y tiene acciones en otra media docena de compañías. El matrimonio posee al menos tres casas en Gran Bretaña, así como una propiedad en Santa Mónica, California, valorada en unos seis millones de dólares.
Según The Guardian, la familia Sunak –tiene dos hijas, Krishna y Anoushka– pasa la semana en su casa de cinco dormitorios en el oeste de Londres y los fines de semana en North Yorkshire, en una casa señorial georgiana. El periódico dice que ha sido “transformada en una especie de retiro de bienestar con pileta cubierta, gimnasio, estudio de yoga, jacuzzi y cancha de tenis”.
¿Importa algo de eso a los votantes?
“No es algo binario”, afirma Robert Ford, profesor de política de la Universidad de Manchester. “Los británicos en su conjunto no creen que ser rico sea algo malo o descalificador. Hay muchos individuos muy ricos que son muy populares entre el público”.
“A la gente sí le importa que los ricos fijen las reglas para ello”, asevera.
A principios de este año, la esposa de Sunak se vio en el centro de un escándalo fiscal después de que saliera a la luz que estaba inscripta como residente “no domiciliada”, lo que le permitía evitar el pago de impuestos británicos por los cuantiosos ingresos que obtenía en el extranjero.
Al mismo tiempo, también salió a la luz que Sunak era titular de una green card mientras era ministro de Finanzas. Su portavoz dijo que la devolvió el año pasado.
Una encuesta publicada el lunes pedía a la gente que describiera a Sunak con una sola palabra. Una en particular se destacaba en la nube: rico.
Los críticos de Sunak han tratado de resaltar su educación privilegiada. Señalan que estudió en el Colegio Winchester, de 600 años de antigüedad, en el que las cuotas anuales de quienes se internan, como él, superan hoy los 52.000 dólares.
En la última elección de liderazgo, este verano, hicieron circular un video de un documental de la BBC de 2007 en el que Sunak sugería que no tenía “amigos de la clase trabajadora”.
También lo atacaron por dar un discurso a los miembros del Partido Conservador este verano en el que dijo que, como ministro de Finanzas, trató de invertir las fórmulas “que empujaban toda la financiación a las zonas urbanas desfavorecidas” para ayudar a las ciudades más ricas.
Sin embargo, en estos tiempos difíciles de precios elevados de la energía e inflación galopante, los partidarios de Sunak sostienen que sus antecedentes –no su riqueza, sino su propia experiencia en finanzas y en el Tesoro– lo convierten en el hombre adecuado para el puesto en este momento.
Antes de convertirse en legislador –hace sólo siete años, un rápido ascenso en términos políticos británicos– Sunak trabajó como banquero de inversión en Goldman Sachs y como gestor de fondos de cobertura. Recientemente, ocupó el cargo de canciller en el gobierno, donde se hizo enormemente popular al repartir dinero durante la pandemia.
En esta carrera por el liderazgo, ha obtenido siempre mejores resultados que cualquiera de sus contendientes en materia de competencia económica. En la última carrera contra Liz Truss, Sunak dijo que los planes de Truss se basaban en una economía de “fantasía”, una afirmación que resultó clarividente cuando su “mini-presupuesto” provocó una gran agitación en los mercados
Jeremy Hunt, el canciller británico que espera mantener su puesto, ha salido en apoyo de Sunak. En el Daily Telegraph dijo que el pueblo británico buscaba a alguien que pudiera manejar la crisis.
“Nuestras finanzas públicas, la credibilidad del mercado y la reputación internacional han recibido un duro golpe. Para restaurar la estabilidad y la confianza, necesitamos un líder en el que se pueda confiar para tomar decisiones difíciles”, escribió. “También necesitamos a alguien que pueda explicar esas decisiones a los ciudadanos que están preocupados por el empleo, las hipotecas y los servicios públicos. Tenemos un líder que puede hacer precisamente eso en Rishi Sunak”.
El asunto de su riqueza, sin embargo, podría seguir siendo una vulnerabilidad. Steven Fielding, profesor de política de la Universidad de Nottingham, dijo que, con su victoria, es probable que el Partido Laborista de la oposición intente restarle puntos por estar “fuera de onda”, como hicieron a principios de año, cuando en una discusión sobre el aumento de los precios de los alimentos, describió todos los “diferentes panes de mi casa”.
Y teniendo en cuenta los vientos en contra de la economía, se espera que la crisis del costo de la vida se agrave mucho más para millones de británicos, que ya están sintiendo la presión.
Fielding también señaló que la desastrosa política económica de Truss, que vio cómo el mercado rechazaba rápidamente sus planes de recortes de impuestos sin financiación, significaba que las políticas del próximo líder “serán básicamente prisioneras de Liz Truss y de las consecuencias de Liz Truss”.