Horacio Rodríguez Larreta formalizó este jueves su candidatura a presidente con un fuerte discurso antigrieta y agitó la pelea interna en Pro por la estrategia para reconquistar el poder en las próximas elecciones. Sin identificar el blanco de sus dardos y en momentos en que Cristina Kirchner y Mauricio Macri preservan el protagonismo en las dos coaliciones dominantes, el jefe de gobierno porteño apuntó contra los polarizadores del escenario político en la oficialización de su lanzamiento presidencial.
Primero, publicó al mediodía un spot grabado en el que advirtió que aquellos dirigentes que usan la grieta son unos “estafadores”. Luego, al encabezar una actividad en Tres de Febrero, territorio de Diego Valenzuela, uno de sus aliados en Buenos Aires, pidió “terminar” con las divisiones y reclamó “tender puentes” para sortear la crisis. Recordó que en las últimas elecciones se impusieron los supuestos “malos” o “buenos”, según la calificación de seguidores del kirchnerismo o del macrismo, pero que ninguna de las opciones logró cambios sustanciales en el país. “Miramos la historia, ganaron unos y otros, y cada día estamos peor; por ese camino no va a funcionar. Tenemos que unirnos para dar la pelea contra los verdaderos enemigos: la inflación, inseguridad y la grieta”, planteó.
Allí, anticipó propuestas de campaña, como impulsar una duplicar las exportaciones, corregir los desequilibrios macroeconómicos y crear “una fuerza de élite” para combatir el narcotráfico. Lo hizo escoltado por Diego Santilli, su carta bonaerense, y Valenzuela. “La grieta es un invento de la política para generar odio y conseguir más votos”, insistió.
Con ese discurso, Larreta reforzó la identidad que pretende imprimirle a su propuesta política y renovar su intento de alejar a Juntos por el Cambio de los extremos. “Si seguimos con los agravios no vamos ni para atrás ni para adelante. O terminamos con esas actitudes o la Argentina va a seguir dando vueltas en la frustración y el fracaso”, subrayó. Y estimó que una “mayoría de dirigentes” del frente opositor comparten su visión.
Larreta optó por una campaña digital para confirmar que se suma a la carrera por la sucesión de Alberto Fernández. Fue una secuencia de varios capítulos. El miércoles, difundió una foto acompañada por un breve texto en el que sugirió que se anotaba en la contienda nacional y, finalmente, este mediodía publicó un video en sus redes sociales para confirmar su ambición de disputar la Presidencia. Un formato enlatado de proselitismo similar al que utilizó en los últimos comicios porteños y le dio rédito en las urnas.
Tal como habían anticipado sus colaboradores, Larreta se lanzó con una convocatoria al diálogo y a la unidad nacional, un mensaje con el que que busca diferenciarse de Patricia Bullrich y los sectores más combativos del macrismo. También hizo un llamado a lograr acuerdos para sacar a la economía argentina del movimiento pendular que primó durante las últimas décadas. “Los únicos que se benefician con la grieta son los que se aprovechan de ella. Los que la usen, son unos estafadores”, enfatizó Larreta, quien difundió un video grabado en el kilómetro 0 de la Ruta 40, en el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz. El contenido del mensaje estuvo a cargo de Federico Di Benedetto, principal estratega electoral del larretismo.
En el spot, Larreta también dijo que quiere “ser un buen presidente” y llamó a “terminar con el odio e iniciar el camino de la transformación que la Argentina necesita”. Así, ratificó su apuesta por construir un gobierno de coalición. No es casual su obsesión por seducir a la UCR y estrechar lazos con la CC frente al descontento del ala dura de Pro con su modelo.
De hecho, apenas se lanzó el jefe porteño, Bullrich, la principal competidora interna de Larreta, volvió a criticar el modelo acuerdista de su rival: “La gran estafa son sindicalistas ricos y trabajadores pobres o los planes sociales y la corrupción en el Estado”, remarcó durante una recorrida por San Miguel y José C. Paz.
La ofensiva de Bullrich -que se produjo después de los cruces por el uso de las pistolas Taser en la Ciudad- generó malestar en el laboratorio electoral de Uspallata: acusan a la titular de Pro de haber intentado “tapar” el anuncio de Larreta. En cambio, Macri salió a “apoyar” la decisión de Larreta, aunque abogó por la competencia interna: “Los dirigentes del Pro se presentan ahora dispuestos a competir de forma transparente, para que sean los votantes quienes decidan quién será su representante”, dijo.
Al fundador de Pro, que se reunió hoy con Néstor Grindetti y el radical Gustavo Valdés tras su sugestiva visita al nuevo búnker de María Eugenia Vidal, otra dirigente con ambiciones presidenciales, le preocupa la escalada interna entre sus herederos. En su mensaje para felicitar a Larreta dejó entrever que la tensión es parte de la competencia. “Creo que de la tensión que produce la voluntad de ganar, siempre salimos favorecidos. Esto aplica a la oportunidad de una candidatura, a la competencia deportiva”, aseguró Macri. Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica que se anotó en la carrera presidencial, también salió a respaldar a Larreta. Lo mismo hará cuando se lance Gerardo Morales, el jefe de la UCR, otro aspirante en JxC.
El anuncio de Larreta
Cuando faltan seis meses para las PASO y antes de que Macri resuelva el enigma sobre su futuro, Larreta decidió acelerar su marcha para posicionarse con miras a la competencia electoral. Entre sus detractores en Pro especulan que su premura tuvo que ver con la necesidad de mejorar sus números en las encuestas. Lo notan “ansioso” por reposicionarse. Sin embargo, el jefe porteño confía en sus posibilidades electorales. Y dice que su jugada estaba “planificada”. Es más, en la oficialización de su candidatura, ratificó su fórmula para llegar a la Casa Rosada. Atento al hartazgo social con la clase dirigente por las disputas internas que marcan las encuestas, el jefe porteño pretende resaltar su perfil dialoguista y moderado.
Además, Larreta no cree en la efectividad de la estrategia de confrontación política y apuesta a los acuerdos para darle sustentabilidad a un plan de reformas estructurales. Quienes lo rodean repiten que la “lógica de amigo-enemigo” es un “obstáculo” para lograr un “cambio duradero”. Y ponen como ejemplos los traspiés de Jair Bolsonaro en Brasil o de Donald Trump en los Estados Unidos, quienes no lograron ser reelectos pese a que sus países atravesaban un buen momento económico. De hecho, en las filas del larretismo subrayaron que, con su video de lanzamiento presidencial, Larreta reafirma que pretende “transitar un camino que integre a los argentinos, sin divisiones, con unión y diálogo en un país federal”.
A lo largo de su mensaje grabado, Larreta sugiere que el país requiere de acuerdos para ordenar la economía y salir de la trampa de la volatilidad. “En cada lugar que voy recojo lo mismo: ya cruzamos un límite. No queremos más seguir viviendo con el agua al cuello, siempre peleando, peleándonos entre nosotros”, sostuvo. A su vez, en otro tramo de su discurso, remarcó que la “transformación” del país no la podrá hacer ni un “grupo de iluminados” ni “un líder carismático”. En contraposición a esos perfiles -¿pensó en Cristina Kirchner o Javier Milei?-, dijo que su principal virtud es conformar equipos y “laburar”. De esa manera, intentó una vez más exhibir sus credenciales de “gestor”. En su comando de campaña insisten en que la crítica situación social y económica favorecerá a los dirigentes que garanticen gobernabilidad y tengan un “plan”.
De ahora en adelante, aseguran quienes impulsan su proyecto presidencial, Larreta saldrá a desmenuzar sus planes de gobierno con el traje de presidenciable. Es que el jefe porteño se aferra a la doctrina del exmandatario de Brasil Fernando Henrique Cardoso: “gobernar es explicar”.
Larreta aprovechó su lanzamiento para repetir los lineamientos medulares de su proyecto presidencial. Volvió a levantar las banderas de la educación -cree que es su activo tras la pelea con el Gobierno por el cierre de las escuelas durante la pandemia-, de la “producción” o de la “tolerancia”. “Yo quiero un país donde nos respetemos los unos con los otros. Un país donde igualar sea igualar para arriba. Un país donde la educación sea intocable. Un país donde se produzca en todos los rincones. Un país que sea un orgullo desde donde lo mires. Un país con sentido común, donde todos apuntemos para el mismo lado”, puntualizó.
En paralelo, Larreta, uno de los siete referentes de JxC que se anotan en la disputa por la Casa Rosada, remarcó que “la presidencia tiene que ser el principio del camino de la gran transformación”. “No la van a hacer un grupo de iluminados o un líder carismático. Llevamos años y años de carisma y miren cómo estamos. Los argentinos queremos ya iniciar el camino hacia vivir mejor”, señaló.
Anoche, Larreta inició un raid mediático: en diálogo con Todo Noticias, dijo que reduciría ministerios y sostuvo que es posible bajar la inflación a un dígito en un año. Y apuntó contra los “odiadores seriales de las redes sociales”. “Dialogar no es acordar”, aclaró.