LA PLATA.- El contundente llamado de Axel Kicillof para que los bonaerenses acudan a votar en las PASO del 13 de agosto esconde el temor del gobernador a que los electores que se ausenten el próximo domingo o voten en blanco terminen por favorecer a la oposición cuando llegue el turno de los comicios generales de octubre.
Un análisis histórico del comportamiento de los votantes en el mayor distrito electoral del país explica la inquietud que subyace en el gobierno. En los dos últimos años electorales, el aumento de las abstenciones y votos en blanco en las PASO terminó favoreciendo en las elecciones generales a los candidatos de Juntos por Cambio por sobre los postulantes del peronismo.
“No hay octubre sin agosto: en las PASO tenemos que explotar las urnas con la boleta completa de Unión por la Patria”, fue la frase de Kicillof que resonó la semana pasada. Y no fue casual.
El gobierno observa una tendencia en baja de la participación en las PASO en las provincias donde ya se votó. Y el fenómeno preocupa a Kicillof dado que entiende que los votantes más reacios a votar el domingo próximo en este territorio -jóvenes y sectores populares– forman parte de dos segmentos que históricamente acompañaron al kirchnerismo.
“Alentamos a los jóvenes y sectores populares a ir a votar: a no esperar a ir solo a las generales, ya que esta elección tiene valor”, dijo el ministro de Justicia y candidato platense Julio Alak. “Hay sectores que entienden que la elección no es obligatoria. Hay que ir a votar”, enfatizó.
Es que estas ausencias podrían favorecer un mejor posicionamiento estratégico de la oposición al menos en el primer tramo de la boleta, de cara a la elección general.
La hipótesis que nadie en el oficialismo admite públicamente es la siguiente: una PASO fuerte y competitiva como la que enfrenta a Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli contra Patricia Bullrich y Néstor Grindetti suele movilizar más a la población y el electorado propio que una interna débil, como la de Sergio Massa y Juan Grabois, que ni siquiera disputan por un candidato en la provincia ya que los dos llevan a la boleta de Kicillof.
En suma: el oficialismo cree estar frente a una oposición que se movilizará a votar en forma ávida por dirimir factores de poder y el volumen político de la suma de los candidatos puede marcar el ánimo desde el 14 de agosto.
Históricamente, la participación en las PASO de la provincia de Buenos Aires se mantuvo estable y ronda el 75% del electorado, según datos de la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires.
En 2011, cuando se implementaron por primera vez las elecciones primarias, el ausentismo fue del 20,5%. Creció cuatro años después, en 2015, hasta alcanzar el 25,75%. Pero disminuyó levemente al 24,9% en las PASO de 2019, que dieron lugar al triunfo de Kicillof.
Entre las PASO y las generales de 2015 –año en el que hubo mayor abstención en la votación primaria–, unas 773.000 personas más decidieron volcar su voto en las urnas. A su vez, durante el mismo período los votos en blanco bajaron casi en 200.000, el Frente de Todos perdió 73.000 votos y Juntos por el Cambio cosechó 1.160.234 votos más.
Podría deducirse que Juntos por el Cambio capitalizó la mayor participación, lo que permitió el triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia, en un bastión histórico del peronismo.