Los jueces de la Sala II de la Cámara de Casación Bonaerense Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño firmaron en las últimas horas un fallo histórico: revirtieron la absolución por mayoría del Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro dictada en 2022 y condenaron a prisión perpetua a Nicolás Pachelo por el crimen de María Marta García Belsunce.
La resolución llega 21 años y cinco meses después del asesinato de la socióloga, que transcurrió por un largo derrotero judicial.
Según el escrito, al que pudo acceder Infobae, para los magistrados de Casación no quedan dudas de que Pachelo fue quien el 27 de octubre del 2002 ingresó a la casa del matrimonio García Belsunce-Carrascosa, ubicada en el country Carmel, con intención de robarles. En ese contexto, asesinó a María Marta de cinco disparos en su cabeza.
Ese 3 de diciembre de 2022, los jueces Esteban Andrejin y Osvaldo Rossi votaron la absolución. Distinta fue la consideración del presidente del TOC N°4, Federico Ecke, que optó por la condena condena y también criticó de forma sugerente a sus compañeros de tribunal cuando dio sus argumentos. Citó a Hamlet, diciendo: “Algo huele mal en Dinamarca”.
Luego de la sentencia, los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González apelaron la resolución del TOC N°4 con un duro texto.
“El asesinato perfecto fue hasta ahora el olvido. Han vuelto el mundo un poco peor. A su parecer preconcebido, a María Marta García Belsunce no la mató nadie o, lo que es peor, fue un plan orquestado por su familia, ya absuelta de culpa y cargo… Estaban, y están aquí, en juego cuestiones de institucionalidad”, sostenían en el escrito que alzaron a Casación sobre el fallo absolutorio al que tildaron de arbitrario y preconcebido.
La apelación llegó para la Navidad de 2022 a Casación. Desde entonces, fueron poco más de 15 meses de deliberación por parte de los jueces Mancini, Hebeca y Budiño hasta que arribaron al fallo que se conoció en las últimas horas. Según fuentes de ese tribunal, los magistrados no sólo leyeron la sentencia y la apelación, también observaron en tiempo real la totalidad de las audiencias del juicio.
A modo de referencia, esta sala es la misma que, la semana pasada, decidió mantener las condenas contra los ocho rugbiers que en enero de 2020 asesinaron a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
Los jueces de Casación basaron su nuevo fallo en las pruebas que presentaron los fiscales de San Isidro en el juicio. Muchas de ellas estuvieron desde el primer momento en el expediente.
Una de las más importantes, fue la localización de Pachelo minutos antes y después del crimen, en base a los impactos de la señal de su celular en las distintas antenas. Desde el momento en que la investigación determinó que María Marta fue asesinada, Pachelo sostuvo una coartada. Dijo una y otra vez que aquel día salió del Carmel cerca de las 17.30, es decir una hora antes del horario en que se fijó la muerte de García Belsunce.
Explicó, también, que pasó a buscar a su madre. Silvia Ryan por su departamento en Recoleta y fueron juntos al Paseo Alcorta a comprar un juguete para su hijo, unos guantes del Hombre Araña. Esto lo sostuvo también en el debate oral de finales del 2022.
Para sustentar esa versión, su defensa mostró desde un comienzo, y como prueba fundamental, el ticket de la juguetería donde se lee que la compra fue a las 19.40. El equipo de fiscales rebatió ese relato durante el debate. Un documento exhibido antes los jueces, muestra que Pachelo realizó una llamada ese día a las 19. La celda que tomó esa comunicación es la 394 y está ubicada exactamente en la calle Chacabuco 580, en el partido de Pilar. ¿A quién llamó? A su madre Silvia Ryan. Si bien se desconoce el contenido del diálogo, los fiscales creen que le pidió que vaya a comprar el juguete con la intención de armar su coartada.
No es la única comunicación de interés. A las 19.32, el ahora condenado volvió a usar su teléfono. En este caso fue una llamada entrante, que nuevamente volvió a impactar en la celda 394, ubicada en Pilar. “No es físicamente posible que una persona esté en Pilar y 8 minutos después esté adentro del Paseo Alcorta pagando en la caja de una juguetería”, razonaron los fiscales
Esta parte de la acusación, cuenta, además, con una prueba fílmica. En el juicio se expuso una cámara de seguridad, donde se lo ve a Pachelo salir a las 18.59. Muy distante del horario de las 17.30 que siempre sostuvo en su coartada.
Hay otra prueba, valorada por los jueces de Casación, y que se expuso en el juicio. Tiene que ver con Tom, el perro de María Marta. La reconstrucción realizada en el juicio por los acusadores, indica que la socióloga le tenía miedo a Pachelo. La razón principal del temor de María Marta para con su vecino radicaban en la desaparición de su perro. La mujer siempre sospechó que Pachelo le había robado el animal con la intención de pedir rescate.
Luego del crimen, en el expediente, un veterinario declaró que Pachelo le dejó un perro negro que tenía una curiosa lastimadura en la parte izquierda del cuerpo. Justamente, la mascota de María Marta se había cortado con las hojas de una bordeadora de césped antes de su desaparición.
Ese testigo declaró en el juicio donde absolvieron a Pachelo. Mantuvo su versión. Se trata de Miguel Cometto, dueño de un criadero de perros Rottweiler de Pilar. El hombre dijo que Pachelo le compró dos Rottweiler y, también, que le llevó “un perro labrador negro” con una lastimadura en una de sus patas, muy joven, de “2 ó 3 años”. La sospecha es que era la mascota perdida de María Marta. Y acotó: “Estaba muy bien cuidado. Me lo dejó por 15 días, porque me dijo que el hermano tenía que viajar a Estados Unidos. Como pasó un mes y no venía, fui a la tosquera, pero él no estaba y decidí regalarlo o venderlo”.
De vuelta a la resolución de hoy, ahora la defensa de Nicolás Pachelo podrá apelar a la Suprema Corte Bonaerense.