Sergio Massa y Malena Galmarini están en frecuencias diferentes en lo que a política respecta. El matrimonio adoptó perfiles distintos en el arranque de la gestión del presidente Javier Milei, vencedor de Massa en el balotaje. Mientras el excandidato a presidente por Unión por la Patria mantiene un perfil bajo que abandonará cuando encare la promoción de un libro que presentará en unos veinte días, la extitular de AySA tiene fuerte exposición con sus opiniones, aunque desechó volver a ocupar un cargo público, oferta que le había acercado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
Massa presentará en la Feria del Libro (que se desarrollará entre el 25 de abril y el 13 de mayo) un texto en el que abordará su paso por la presidencia de la Cámara de Diputados y por el Ministerio de Economía. Es un libro cuyo contenido su entorno pretende mantener en estricta reserva.
El tigrense comentó, en una publicación en las redes sociales de la editorial Planeta (que publicará el libro), que en el texto abordará temas como “la pelea con el Fondo [Monetario Internacional]” o “el acuerdo con Qatar”, así como también “el día a día del equilibrio y las discusiones en la coalición de gobierno” y “anécdotas de empresarios que pregonan libertad, pero piden prebendas al Estado”. Massa también trabaja en una fundación.
Pero, más allá de la espera de su libro, Massa evita las opiniones públicas sobre la coyuntura. En su entorno afirman que recibe a dirigentes políticos en sus oficinas de la avenida del Libertador, pero no confirman nombres. “No se lo ve a Sergio, pero arranca todos los días a las 9 y sigue hasta cualquier hora”, un dirigente del Frente Renovador. El partido de Massa realizó su congreso el 22 de marzo, eligió como presidente al exministro de Transporte Diego Giuliano, y Massa se mantuvo en segundo plano.
En otra sintonía está Malena Galmarini, que dejó en los últimos días frases fuertes para la interna del peronismo y rechazó ser titular del Grupo Provincia, cargo que le ofreció Kicillof. “Al peronismo no le falta coraje ni valentía, pero necesitamos un tiempo para debatir. Estamos muy en la boludez de discutir liderazgos”, dijo el domingo pasado en una entrevista con la radio Futuröck. “La gente se hinchó las pelotas de nosotros y de las políticas públicas, y Milei supo catalizar eso”, fue otra de sus frases. “Son opiniones absolutamente de ella, Massa no se mete”, sostuvo un hombre del massismo bonaerense.
“Está suelta, opinando todo lo que ella como líder política piensa. Cree que no es momento de guardarse nada. Antes, se preservó un poco más por su cargo [titular de AySA]; hoy, sin tener cargo, muestra su opinión y responde. Y tiene más tiempo”, describió una fuente cercana a Galmarini, en diálogo. Cerca de Massa aseguran que el contraste entre los estilos que ambos muestran “no es algo buscado”.
Con respecto al cargo bonaerense, Galmarini dijo que “no tenía muchas ganas” y agregó que rechazó otra oferta de Kicillof. “Axel me ofreció armar un Ministerio de Servicios Públicos”, afirmó. En su círculo cercano comentaron que la esposa de Massa “le agradeció a Axel, pero no veía la necesidad de tener un cargo después de tantos años de pelear”. El año pasado, Galmarini cayó en las PASO de Tigre ante el intendente Julio Zamora, lo que truncó su intención de ser la jefa comunal del distrito.