Apoco más de un día de que comience la marcha federal universitaria prevista para este martes por la tarde -convocada por alumnos, docentes, organizaciones gremiales y sociales y otros referentes del ámbito académico, cultural, artístico y periodístico-, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que se aplicará el protocolo antipiquete de ser necesario y apuntó contra los organizadores de la movilización: “Pensamos que en esta marcha puede haber una provocación”.
En esta línea, cuestionó la presencia de distintas organizaciones sociales como la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y aseguró que desde la cartera que conduce “tienen conocimiento del número aproximado de personas que van a asistir”. “Hay un elenco estable de gente que se moviliza, que tiene que ver con la aplicación del protocolo”, agregó.
Así, en una entrevista con el programa Mesa Chica, en LN+, alertó: “Puede haber una provocación al querer armar una situación para movilizarse de acá a la eternidad. Vamos a tener cuidado”.
Además, mostró su malestar luego de que el Gobierno haya modificado el presupuesto universitario y eso no haya desalentado la manifestación. “Si cambiamos y le dimos más presupuesto, ¿por qué ellos no cambiaron y esperaron?”, lamentó, y continuó: “Quiero poner un debate en cómo se gasta en la universidad; necesitamos una nueva refundación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que esté a la altura de las circunstancias del cambio que la Argentina necesita”.
“Hay una universidad pública de millones de estudiantes y una de burocracia extrema en la que hacen de la universidad un kiosco para ellos”, siguió, y cuestionó: “¿Cuánto le llega a cada estudiante del presupuesto? ¿Cuál es la relación entre los estudiantes que entran y los que se reciben? ¿Cómo se calcula el valor de cada estudiante? Así como la Argentina tiene que sacudirse, las universidades tienen que hacerlo también”.
En esta misma línea, la funcionaria resaltó la importancia de dar una “discusión importante” sobre la burocracia que hay en estas instituciones, mientras que aclaró estar “totalmente a favor” de la educación pública y gratuita en todos los niveles educativos. “Hay que mirarse para adentro y pensar en cómo tener una mejor relación entre los estudiantes que entran y que se reciben, sin dejar por el camino medio-abogados o medio-médicos. Yo quiero que los estudiantes sean los primeros en pedirle a la universidad que rinda cuentas”, consideró.
“Cuando está el peronismo en el gobierno lo dejan hacer cualquier cosa, pero cuando hay uno distinto empiezan las quejas”, sentenció, antes de enviarle un mensaje directamente a los jóvenes: “A los alumnos que votaron a [Javier] Milei; hay que despertarse y no dejarse ganar por un discurso mentiroso. Nadie quiere cerrar la universidad, queremos que no vivan más de la UBA. Si queremos ser la número 1 en América Latina, el presupuesto tiene que estar adaptado a las necesidades de la sociedad”.
En otro momento de la entrevista con José del Rio, la ministra refutó los dichos de Martín Lousteau, presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), que había asegurado que los legisladores no podían ganar menos que, por ejemplo, el vocero presidencial. “Eso es una mentira. Yo soy ministra y no gano dos millones de pesos. No sé de dónde lo sacó, donde está mirando los sueldos. Este mes nos descontaron el aumento que se había dado mal y el sueldo fue de $900.000. No estamos ganando como un senador”, aclaró.
“No está bien que un ministro gane ese monto. Pero no están bien todos los sueldos en la Argentina. Si los sueldos no están bien, seamos nosotros empáticos con aquella sociedad que hace un esfuerzo para llegar a un camino en el que los sueldos sean razonable”, sumó, y acotó: “Mi sueldo está de la media para arriba. ¿Qué tengo que hacer? Trabajar para que los argentinos tengan un mejor salario. Los senadores no son los únicos que están haciendo la mejor tarea”.
Finalmente, apuntó contra el parlamentario por su voto a favor de elevar las dietas de los Senadores: “Ver su mano me generó pensar en que somos una cosa corporativista. Somos una corporación. No nos importa nada todo lo que pase. Esto pasa rápido. Las personas valen si generan ejemplo. ¿Cómo hago yo para hacer algo así y después ir a ver a las fuerzas de seguridad, que tuvieron un aumento del 10% y el 18%? No hay moral. No hay cohesión. La palabra y el ejemplo son lo más importante”.