Como si fuera un tema tabú, en el Senado casi nadie habla de la cláusula que obligaría a Pablo Otero, el denominado “Señor del Tabaco”, a tributar impuestos por los cigarrillos que manufactura en la localidad bonaerense de Sarandí como consecuencia de una modificación de último momento introducida en el proyecto de Ley Bases y de una reñida, pero al mismo tiempo reveladora, votación en la Cámara de Diputados.
Rodeada de una atmósfera de denuncias cruzadas sobre lobbies entre Tabacalera Sarandí, propiedad de Otero, y las grandes multinacionales del sector, British American Tobacco (BAT) y Phillip Morris, a través de su subsidiaria local, Massalin, el artículo de la polémica sólo fue mencionado en el inicio del debate en la Cámara alta, hace dos semanas, para después caer en el olvido.
El último capítulo de esta historia lo protagonizó el diputado radical Jorge Rizzotti (Jujuy), quien acusó sin medias tintas a Otero y algunos de sus colegas y correligionarios de prácticas corruptas. “Sarandí los unta, hay diputados que están untados, así de claro”, dijo el legislador para explicar el rechazo de alguno de sus compañeros de bloque al artículo votado en la Cámara baja.
Por su parte, el kirchnerismo pretendió usar las denuncias sobre supuestas irregularidades en el registro de la votación en Diputados para trabar el debate de la Ley Bases en el Senado. Fue cuando Juliana Di Tullio (Buenos Aires) intentó plantar la semilla de la nulidad en la sanción de la Cámara baja antes de que pudieran empezar a exponer los funcionarios del Gobierno convocados para explicar los proyectos de Ley Bases y de Reforma Fiscal.
“Aclaro que si se cae lo que Diputados puso sobre tabaco estamos favoreciendo absolutamente la evasión de una empresa de la provincia de Buenos Aires”, le salió al cruce Juan Carlos Romero (Salta-Cambio Federal). Ante la reacción de la senadora kirchnerista, el salteño aclaró: “No digo que ustedes lo hagan, lo que digo es que si cae [el artículo] es para favorecer la caída de la recaudación impositiva; es un tema delicado que tenemos que analizar en comisión”.
Desde entonces, el tema del tabaco y la puja entre “el Señor del Tabaco” y las multinacionales solo se habla en charlas privadas o ante una consulta específica. Como si trajera aparejada una maldición, nadie habla del tema en público. Esto hace que sea difícil calcular los votos y, por lo tanto, cómo terminará la novela en la Cámara alta.
¿Qué fue lo que votó Diputados? La eliminación del componente mínimo fijo del impuesto a los cigarrillos, que es lo que Tabacalera Sarandí viene evitando pagar merced a una presentación judicial, pero que sí tributa el resto de las empresas del sector. Al quitar este piso, los diputados equipararon a todos a los actores de la industria en una alícuota que, además, aumentaron del 70 al 73%.
Tras intentar frustrar el tratamiento de los proyectos del Poder Ejecutivo, el kirchnerismo se llamó a silencio. Amparado en la decisión de la bancada de rechazar de plano ambas iniciativas, la bancada que conduce José Mayans (Formosa) espera la orden del Instituto Patria para saber qué camino seguir con el artículo del tabaco. En Diputados, la jugada de Cristina Kirchner, que mandó a sus acólitos a abstenerse, salió mal. Por eso, ahora quiere tener un panorama más claro de qué fichas le conviene mover para favorecer al “Señor Tabaco” sin que parezca que lo está haciendo.
Se entiende el posicionamiento kirchnerista. Tabacalera Sarandí está en Buenos Aires, último bastión político de la exvicepresidenta. Eso en Diputados tiene un peso importante. Pero no en el Senado, donde la provincia que gobierna Axel Kicillof tiene tres senadores, como el resto de las provincias. Por eso, Mayans dio libertad de acción para que algunos senadores, encabezados por la jujeña Carolina Moisés y el salteño José Leavy, redacten un texto alternativo para proponer cuando llegue el momento de la discusión en particular del artículo impositivo del tabaco.
Otra incógnita es el camino que va a seguir Martín Lousteau (UCR-Capital). En la Cámara baja, las diputadas Danya Tavela (Buenos Aires) y Mariela Coletta (Capital), ambas referenciadas en el sector que lidera el presidente del Comité Nacional del radicalismo, fueron los únicos dos votos en contra que cosechó en la bancada del centenario partido el artículo que pone a Tabacalera Sarandí en la misma condición que las otras dos empresas multinacionales.
“La verdad es que en esto no hay buenos, porque hay lobbies de los dos lados. Pero entre un tipo que evade impuestos y trae el tabaco de contrabando del Paraguay y otros que presionan pero que aceptan las reglas de juego legales y pagan sus impuestos; me quedó con éstos últimos”, reflexionaba un senador se le preguntó hacia qué lado de la pulseada pensaba volcarse. Lo cierto es que la historia del “Señor del Tabaco” en el Senado es, todavía, un historia con final abierto.