La policía de Minnesota detuvo a Vance Boelter, de 57 años, sospechoso de atacar a dos legisladores estatales y a sus cónyuges en las afueras de Minneapolis. La captura se produjo en una zona rural del condado de Sibley, cerca de su domicilio, tras una intensa persecución de 43 horas que incluyó a múltiples unidades especiales. Boelter, que estaba armado, se entregó sin oponer resistencia. Se investiga si actuó solo o con ayuda, aunque por ahora enfrenta cargos estatales por asesinato e intento de asesinato en segundo grado, penas que podrían ser agravadas por la fiscalía.
Los ataques resultaron fatales para la ex presidenta de la Cámara de Minnesota, Melissa Hortman, y su esposo, mientras que el senador estatal John Hoffman y su esposa sobrevivieron pese a recibir múltiples disparos en su vivienda. Las autoridades hallaron en poder de Boelter varias armas, equipo táctico y una lista con nombres de posibles objetivos políticos, incluidos congresistas y activistas. Los investigadores confirmaron que algunas de las armas fueron adquiridas por el propio sospechoso, cuya empresa de seguridad proyectaba una imagen paramilitar.
Este caso ha reavivado el debate sobre la creciente violencia política en Estados Unidos. En años recientes, figuras como Donald Trump, Nancy Pelosi, Gretchen Whitmer y otros altos cargos han sido blanco de atentados o amenazas, mientras que la historia del país cuenta con numerosos magnicidios, incluidos los de Lincoln, Kennedy y Martin Luther King. Las autoridades federales y estatales se mantienen en alerta ante este tipo de crímenes motivados por odio o radicalización ideológica.