El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, se llevó un buen disgusto el sábado cuando leyó la carta enviada a Bruselas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que anunciaba aranceles del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto. Primero, porque lleva negociando meses con Washington y creía que el principio de acuerdo era posible la semana pasada, hasta que el tarifazo le despertó de ese sueño. Y segundo porque, “siendo sinceros, una idea de arancel del 30% es efectivamente prohibitiva para el comercio mutuo”, ha advertido este lunes.