El primer ministro, Shigeru Ishiba, anuncia que permanecerá en su cargo a pesar del duro revés en las elecciones parciales del domingo.
Los votantes han castigado a la coalición gobernante con la pérdida de la mayoría en la Cámara alta del Parlamento del país, en unos comicios protagonizados por el elevado coste de la vida, las cuestiones migratorias y la forma de afrontar la negociación de aranceles estadounidenses.
La coalición formada por su partido y Komeito ha logrado solo 47 escaños de los 125 que estaban en disputa en la Cámara alta. El número de asientos de ambos partidos, al sumar los que no estaban en juego en estos comicios parciales, se queda en 122, por debajo de la mayoría en una institución que cuenta con 248 miembros, y se renueva cada tres años por mitades.
Mientras, el mayor partido de la oposición de Japón, el Partido Democrático Constitucional de Japón (PDCJ), busca impulsar un cambio de gobierno unificando a la oposición. Sin embargo, el PDCJ no logró obtener más de los 22 escaños que se disputaron en las elecciones, lo que deja en duda si podrá tomar la iniciativa y formar un frente unido contra el gobierno.