Se han establecido más de 120 acuerdos bilaterales activos entre los gobiernos de Brasil y México.
Se anticipa que el año 2026 dará inicio a una fase de unión sectorial más profunda. Esta alianza contempla una mayor integración económica y tecnológica, enfocándose en sectores clave:
Brasil representa cerca del 30% del PBI regional, con una economía diversificada basada en agronegocios, energía y minería. México, por su parte, aporta otro 25% del PBI latinoamericano, con una industria manufacturera altamente integrada al mercado estadounidense a través del T-MEC.
Juntas, concentran más del 55% del PBI total de América Latina y casi el 60% de las exportaciones regionales, lo que les otorga un peso político y económico sin precedentes.
El ascenso conjunto de Brasil y México plantea un desafío para las grandes superpotencias del mundo:
- Europa, interesada en el Mercosur y el T-MEC, observa cómo América Latina empieza a jugar su propia partida global.
- Estados Unidos podría ver afectada su influencia en México, su principal socio industrial, si el país se acerca más a Brasil.
- China, principal comprador de materias primas brasileñas, enfrenta ahora un bloque más coordinado que podría negociar en mejores términos.

































