En una decisión dividida, la Corte Suprema de Estados Unidos avaló este martes la política migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump que permite la deportación rápida de migrantes hacia terceros países, sin la obligación de garantizarles una instancia previa para advertir sobre eventuales riesgos de su expulsión.
El fallo, aprobado por seis votos contra tres, revocó una resolución de una corte inferior que exigía brindar a los solicitantes de asilo una «oportunidad significativa» de exponer las amenazas o peligros que enfrentarían si eran enviados a otro país. Las tres magistradas del ala progresista de la Corte expresaron su rechazo en una disidencia extensa, donde advirtieron que esta medida «recompensa la ilegalidad» y debilita los derechos de protección de los migrantes.
Con esta resolución, la administración Trump recupera la posibilidad de trasladar a los solicitantes de asilo hacia instalaciones estadounidenses ubicadas fuera del territorio nacional, como bases militares en Yibuti o Sudán del Sur, mientras se resuelven sus procesos migratorios.
El fallo supone un respaldo clave a las políticas de endurecimiento migratorio del expresidente, en medio de un contexto electoral en el que la inmigración vuelve a ser un tema central en la agenda de la campaña republicana.