La discrepancia sobre gasto en sanidad aboca al Gobierno al ‘shutdown’, casi siete años después del último. El presidente promete ordenar miles de despidos y tomar decisiones “irreversibles”.
A las 00:01 de este miércoles y en vista de la falta de acuerdo en el Senado para adoptar una prórroga de la financiación de los fondos federales, llegó el cierre parcial del gobierno, el primero en casi siete años.
Los demócratas buscaban un compromiso por parte de los republicanos de que no desaparecerá al final de año una parte de los subsidios aprobados durante la pandemia correspondientes a la ley conocida como Obamacare, que extendió la protección médica a millones de estadounidenses no cubiertos por los seguros privados. También pedían la reversión de los recortes a Medicaid y otros programas de salud contenidos en la “ley grande y hermosa”, la gran reforma fiscal de Donald Trump. Esas exigencias obedecían tanto a la necesidad urgente de enviar a su base una señal de que, casi un año después de la derrota en las urnas, están listos para la pelea con Trump, como a la confianza en que enarbolar la bandera del gasto en sanidad les traerá réditos en las elecciones de 2026.