El Ministerio de Turismo analiza opciones y llamará a una mesa de diálogo la semana que viene
La sorpresa se mezcló con la desazón. Sin pistas previas sobre la decisión que el Banco Central (BCRA) tomaría sobre la venta en cuotas de pasajes al exterior, el Ministerio de Turismo también sintió el golpe de anteayer ante la falta de dólares.
Cerca de Matías Lammens lamentaron el timing de la entidad monetaria; en esa cartera venían trabajando con muy buena sintonía con los operadores turísticos tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia de coronavirus, y a la vez, el sector mostraba signo de revitalización.
Hoy, en cambio, los principales actores de ese mercado estaban en llamas. Muchos habían ya preparado sus ofertas y promociones, para optimizar sus ventas en el marco del BlackFriday. La decisión del BCRA, un nuevo cambio de reglas de juego, desbarató esos planes.
En el Ministerio de Turismo se trabaja en alternativas para paliar la decisión del BCRA, desconocida hasta anteayer para sus autoridades. “El sector estaba en un momento histórico con el Previaje”, contaron allí, donde, sin embargo, consideran que ese programa seguirá mostrando buenos resultados. “Sigue andando muy bien, pero esto es un golpe”, admitieron en esa cartera.
Con la intención de bajar la tensión y de buscar alternativas, Lammens tiene previsto abrir una mesa de diálogo con el sector. La convocatoria, contaron, será la semana que viene. No se dieron detalles de quiénes se sentarán allí ni tampoco de las alternativas que el ministro llevará en la mesa. Sin embargo, contaron –sin precisiones– que están trabajando en las mismas.
Pese a las declaraciones de la vocera presidencial Gabriela Cerruti, que dijo que las medidas son “momentáneas” y que las reservas son “robustas”, hoy en otras dependencias del Gobierno admitían que el problema de fondo “son los dólares”, mientras que nadie se aventuró a ponerle un plazo a las nuevas restricciones del BCRA que influirán en el mundo turístico. Incluso hoy, algunos actores del sector privado advertían sobre el impacto que puede tener en la cantidad de rutas aéreas operadas. Ante la caída de las mismas, por falta de turismo emisivo, podría –dicen– complicarse el receptivo. O sea, la medida del BCRA podría restringir también la llegada de turistas del exterior, lo que irónicamente terminaría impactando en las reservas internacionales.
Tal situación juega en contra de la decisión que el BCRA tomó semanas atrás de habilitar cuentas especiales –que tendrían que tramitar los turistas extranjeros– para poder vender sus divisas en el mercado del “dólar financiero” y no en el paralelo. Ofreció así una cotización mejor que la que rige en los bancos y casas de cambio.
Por otro lado, según datos oficiales, hasta el momento se llevan vendidos a través del PreViaje más de $52.000 millones desde su lanzamiento. Esto implicó que casi tres millones de personas usaran el programa oficial creado para sacar al sector de la debacle que generó la pandemia hasta la actualidad.
Según los cálculos que hacen en el sector, más del 50% de las personas compraban los pasajes al exterior en cuotas. Se trata de una práctica que se volvió costumbre en un país con una elevada inflación como la Argentina, que además tiene pocos mecanismos de ahorro.
La medida oficial generó quejas entre los turistas y un gran rechazo del sector, que la semana que viene hará catarsis con Lammens.