Alfredo Cornejo acaba de dejar la presidencia del radicalismo y tiene una satisfacción: ese partido logró una lista de unidad y va camino a saldar parte de los problemas internos que, tras las elecciones, habían surgido. Ahora el senador Cornejo dice tener como objetivo principal solidificar la unidad de Juntos por el Cambio para ser alternativa de poder. Y él en lo personal reconoce que quiere ser protagonista principal y reconoce que quiere ser presidente. “Tengo la experiencia y el carácter para serlo”, asegura el senador, que blanqueó su intención de llegar a la primera magistratura.
En una charla a fondo con el equipo de MDZ, Cornejo profundizó su visión sobre los problemas de Argentina, las posibilidades de salir adelante y el rol que debe cumplir Juntos por el Cambio para responder a las demandas y la confianza que la ciudadanía le dio en las últimas elecciones. En ese sentido, aseguró que hay lecciones aprendidas. Primero, que nadie va a presionar para llevar al Gobierno a “terrenos desconocidos” que agudicen la crisis. Pero sí tener rigor para exigir sensatez. Y para Cornejo hay un solo camino y es dentro de Juntos por el Cambio.
El país, su proyecto y la crisis
Cornejo fue convocado por el equipo periodístico y de gestión de MDZ para conocer su visión del país, junto al intendente de Godoy Cruz y presidente de la UCR local, Tadeo García Zalazar. Es uno de los referentes políticos de Mendoza que mayor influencia y proyección tiene. “Tengo la experiencia y el carácter para ser presidente”, respondió tajante ante la pregunta si quiere ser candidato en 2023. Pero también advirtió que lo sería como parte de un equipo y con un plan político estratégico que le garantice ser competitivos. En ese sentido dijo que, por ejemplo, es importante que el radicalismo respalde a un candidato para dar la pelea interna frente al Pro; algo similar a lo que ocurrió en la provincia de Buenos Aires con Facundo Manes. “Yo soy parte de un equipo y de esa manera se construye. Además, la única opción que hay es dentro de Juntos por el Cambio, unidos y con proyectos de gobierno”, dice.
Claro que esa carrera no es sencilla y el exgobernador de Mendoza lo sabe. Reconoce, así, que en principio corre detrás de otros postulantes más instalados, como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Cornejo redunda en una idea: llevar parte del modelo mendocino a la Nación. Lo hace porque es lo que puede mostrar al haber sido gobernador. También en base a una carencia de algún sector de la dirigencia nacional. “Hay una incomprensión de los modelos productivos y sociales de las provincias”, asegura.
Cornejo estuvo dos años en la Cámara de Diputados luego de haber sido gobernador y dos veces intendente de Godoy Cruz. Llegó al Senado en las últimas elecciones y ahora tendrá enfrente a Cristina Fernández de Kirchner. Desde allí busca construir un proyecto político nacional, así como lo hizo en Mendoza, donde tuvo una estrategia y un plan de gestión craneado años antes de llegar al poder.
Pero primero, dice, es necesario mejorar la calidad de los debates y sincerar posiciones. “Un problema de Argentina es que no se sostiene en público lo que se dice en privado y viceversa. No hay un sinceramiento real y muchos temen reconocer los problemas o lo que hay que hacer. Ocurre con el ajuste por ejemplo: el Gobierno no lo menciona, pero está ajustando de manera brutal; pero ajusta sobre el sector privado y mata la producción”, explica.
En esa misma línea, para Cornejo hay que encarar reformas que la política suele esquivar o llenar de eufemismos. “Muchas de las cosas que hay que hacer son de sentido común. Pero hay mucho temor. Cuando se habla de temas laborales se reduce al tema despidos y no a generar las condiciones para generar trabajo por ejemplo”, grafica Cornejo.
Desconfianza
En cuanto a la realidad del país, Cornejo no es muy optimista respecto a la capacidad de resiliencia de Alberto Fernández y, menos, del kirchnerismo duro. “No negocian y no tienen palabra. El kirchnerismo ha preferido muchas veces que las cosas exploten a negociar. Es muy difícil porque no hay con quién dialogar y no hay palabra”, dice el Senador. Para él las diferencias dentro del oficialismo son tales que complejiza cualquier diálogo. «Hay gente dentro del Frente de Todos que no cree en el derecho a la propiedad por ejemplo», ejemplifica.
A la falta de sinceramiento de los debates, Cornejo se suma otro problema. «La verdad es que el peronismo y en particular los gobernadores han sido bastante cobardes. No se animan a decir lo que piensan y hacerle frente al kirchnerismo, aún a pesar de que los lleva a derrotas. Es lo que pasa en muchas provincias, incluido Mendoza», explica al trazar un panorama del oficialismo nacional.
Para Cornejo el 2022 será un año de reacomodamientos y hay una exigencia interna importante: que se elaboren planes de gobierno para llegar a 2023 de manera más sólida. «Se está trabajando, por ahora de manera atomizada, pero hay ejes de trabajo para armar un programa y visiones comunes»; cerró Cornejo.