Victoria Villarruel intentó bajar el tono de su disputa con Javier Milei, pero no pudo contenerse ante un ataque en redes sociales surgido de la estructura vinculada a Santiago Caputo, el principal asesor del Presidente. “Estoy ansiosa por saber en qué hacen inteligencia sobre mí y mi familia”, escribió, en respuesta a un mensaje que jugaba entre la ironía y la amenaza del influencer libertario Alejandro Surubbi Benítez.
Ese usuario posteó un comentario al la declaración de Villarruel en la que ratificó su “lealtad” a Milei en pleno escándalo desatado por la sesión del Senado en la que fue expulsado Edgardo Kueider. “Victoria absoluta de las fuerzas del cielo. Y ni siquiera hicieron falta los dos carpetazos”, escribió Surubbi Benítez, conocido por el alias Gordo Leyes que usa en sus apariciones en el canal de streaming Carajo, propiedad del militante Daniel Parisini (Gordo DAN), a quien representa como abogado en causas judiciales.
Villarruel pidió que “por favor” publicaran esa supuesta información comprometedora. “Voy a estar esperando la difusión de eso para hacer las correspondientes acciones legales entre ellas contra vos que fogoneas hacer inteligencia sobre los ciudadanos”, respondió, en plena madrugada.
La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) está a cargo de Sergio Neiffert, delegado directo de Santiago Caputo, el principal promotor de la red de influencers libertarios que trabajan en Carajo.
A partir de la reacción de Villarruel se desató una discusión virtual, en la que la vicepresidenta siguió interviniendo durante más de una hora ante los ataques que se sumaban desde cuentas libertarias.
“Haceme un favor no me vengas con la casta y el círculo rojo y bla bla cuando soy una ciudadana común que se comporta con decencia. Proyectan en mi lo que piensan de los políticos y yo no me rompí el alma toda la vida para q me relacionen con lo que destrozó este país. Así que circulá”, le escribió a otro usuario que se declaró frustrado con ella por su actitud desde que llegó a la vicepresidenta.
Desde una cuenta anónima la acusaron de pagarle coimas al peronista Kueider para votar la Ley Bases. “Yo no le pagué a nadie nada. Así que te pido yo misma que hagas la denuncia judicial así te demuestra la misma Justicia que lo que decís es falso”, tuiteó Villarruel.
También aludió a Lilia Lemoine cuando un usuario la defendió de las acusaciones que la diputada mileísta viene volcando sobre ella, en especial por comentarios que hizo en una publicación del influencer español Javier Negre, propietario del medio mileísta La Derecha Diario. ”Gracias querido amigo por aclarar lo que es una difamación y una falta de respeto para con quienes somos amigos y no incursionamos en deslealtades como la citada x Negre”, señaló.
Otro libertario digital escribió: “Justamente al Javo lo vas a correr con la lealtad… Ya está. Te encolumnaste y está bien. Pero las cartas están echadas y si Milei llega a bajar el pulgar ese es tu fin”. Villarruel no lo dejó pasar: “Si hay algo que no me gusta son las patoteadas de gansos de cotillón. Reacciono mal con los que se hacen los picantes”.
Todo arrancó con el mensaje que escribió Villarruel el domingo por la tarde, en el que juró no estar “en ningún armado político” contra el gobierno. Y dijo: “Soy parte del espacio que gobierna nuestro país, desde su misma fundación y aquí me quedaré defendiendo las convicciones que nos llevaron a encontrar un camino común al presidente Milei y a mi”.
Fue su primera reacción a la declaración de Milei que, desde Italia, dijo que la sesión en la que fue expulsado Kueider era “inválida” porque Villarruel la presidió a pesar de que a la hora de la votación debía estar a cargo del Poder Ejecutivo. Más tarde, en un acto político en Roma, dijo: “El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”.
Villarruel prefirió no ahondar el conflicto, pero no toleró los ataques en redes y se pasó un largo rato respondiendo a usuarios. “Yo no voto. Ergo el reclamo es a los senadores y te mencionaría al que especialmente es responsable de eso, pero a diferencia de muchos yo se cuando callar”, le puso a un tuitero que la acusó de dejar que los kirchneristas recuperaran una banca (ya que la salida de Kueider le permite asumir a la camporista Stefanía Cora).
Dijo que “el silencio vale más que mil entrevistas”, cuando le preguntaron porque no salía a dar explicaciones en los medios. Y se fastidió con varios que hacían alusiones despectivas hacia ella: “Me divierte cuando me dicen zurda los salamines de Twitter mientras los zurdos me ven como su peor pesadilla. Debo reconocer que nunca te aburrís en este país”.
También buscó quitarle importancia a su ausencia en las reuniones de gabinete. “Trabajo en el Senado y técnicamente no soy parte del gabinete. Con 7 senadores sacamos la ley bases y cada sesión lleva mucho tiempo, así que estoy cumpliendo con la función que constitucionalmente tengo. Pero como usan mi nombre en armados que no tengo ni participo simplemente lo aclaro”.