Mientras todavía se dejan sentir las réplicas del terremoto electoral, el interbloque de senadores de Juntos por el Cambio, que conduce el radical mendocino Alfredo Cornejo, trabaja para dar una muestra de unidad en medio del temporal que permita apuntalar las castigadas estructuras de la coalición opositora, quebrada por sus diferentes posturas en torno al posicionamiento en el balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei.
En medio de los resquemores que dejó la derrota del último domingo, los legisladores de Juntos por el cambio sostendrán este jueves una reunión para analizar los resultados de la elección y, más importante, fijar el camino a seguir en el corto plazo ante los desafíos legislativos que se le plantearán en la Cámara alta.
Lejos de la pirotecnia de los principales dirigentes de la alianza, todo apunta a que el interbloque logrará mantenerse unido. Con ese objetivo en la mira trajinaron sus teléfonos en las últimas horas las conducciones de los bloques de la UCR y de Pro, que presiden Luis Naidenoff (Formosa) y Humberto Schiavoni (Misiones), respectivamente.
Por el momento, las opiniones son coincidentes en cuanto a la necesidad de seguir caminando juntos. “En principio, la intención es ratificar la unidad y dar libertad de acción de cara a le elección”, le dijo Schiavoni a LA NACION. “Estamos trabajando fuerte para la integración”, afirmó en diálogo con este diario la radical Mariana Juri (Mendoza), secretaria del interbloque.
Esta postura estaría extendida al interior de las dos bancadas, según un sondeo con varios integrantes de los bloques que representan a Juntos por el Cambio, por lo que no se espera que se extienda al Senado la crisis dialéctica que viene cruzando a la coalición en las últimas horas como consecuencia de los pronunciamientos para un lado y para el otro del balotaje que protagonizarán el próximo 19 de noviembre el oficialista Sergio Massa y el libertario Javier Milei.
De hecho, un senador de Pro alineado con Horacio Rodríguez Larreta se permitió mirar con ojos benévolos el apoyo a Milei de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, al leerlo como una movida tendiente a tratar de emparejar el resultado de la segunda vuelta y evitar que Massa no obtenga un triunfo arrollador que le permita tomar más fuerza en caso de llegar a la presidencia.
Sin embargo, las divisiones internas están a la orden del día. En algunas usinas opositoras vieron la jugada de Macri como el primer paso de una jugada de largo aliento a romper la coalición y destinada a conformar con Milei un polo de derecha que se declare como la verdadera oposición al kirchnerismo, lejos de la tibieza que le adjudican a radicales y a las “palomas” de Pro.
Un senador radical, por su parte, criticó el modo en el que se gestó el pronunciamiento del expresidente y de la excandidata, en una reunión nocturna y luego de mantener contactos con el libertario sin consultarlo con el partido.
Tampoco cayeron bien las declaraciones de Gerardo Morales y Martín Lousteau, que integra el bloque de senadores, cuando dijeron que les daba vergüenza lo que hicieron Macri y Bullrich, los acusaron de poner en riesgo a Juntos por el Cambio y los ubicaron afuera de la coalición por haber anticipado su respaldo a Milei.
Primer desafío
Más allá de confirmar en las palabras la unidad, el principal interbloque opositor tendrá en los próximos días su primera prueba real con la sesión que el kirchnerismo pretende convocar para la semana próxima.
El Frente de Todos pretende sancionar en esa sesión el proyecto que crea el programa Compra Sin Iva, propuesta que la coalición opositora no apoyó en la Cámara baja, absteniéndose de manera masiva.
El tema divide aguas al interior de Juntos por el Cambio. Gran parte de sus senadores acuerdan con la medida, por considerar que el IVA es un impuesto distorsivo, pero cuando el proyecto se trató en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado prefirieron respetar la conducta que la coalición tuvo en la Cámara baja. La idea era oponerse de manera pasiva a una medida electoralista impulsada por Massa y estaba fundamentada en el hecho de que todavía estaba en el horizonte la elección presidencial del último domingo. Ahora, ya fuera del balotaje, varios legisladores podrían considerarse libres para votar según se los dicte su conciencia.