El Monseñor Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, se refirió al contexto socioeconómico que atraviesa el país y dijo que “el ajuste desgraciadamente afecta a los sectores más pobres”. “Me gusta la expresión del Santo Padre, Francisco, cuando nos convoca a construir una economía con rostro humano. Nuestros hermanos que más sufren tienen nombre y apellido”, dijo.
Para García Cuerva, “este tiempo es para tragar un jarabe malo y curarnos”; sin embargo, advirtió, preocupado: “El tema es que algunos tenemos caramelos para que se nos vaya el sinsabor de la boca, pero otros no los tienen y son los que quedan afuera, a veces para siempre”.
“Hace años que digo que la inflación es el impuesto de los pobres. Creo que la Argentina tiene esta enfermedad que parece endémica y no se termina de ir nunca”, sentenció el monseñor en radio Mitre.
Este domingo, y en el marco del inicio del ciclo lectivo 2024, García Cuerva presidió la Misa por la Educación en la catedral metropolitana donde animó a ser “sal y luz de la vida” a decenas de adolescentes y jóvenes estudiantes de diferentes colegios de la Ciudad y representante de los últimos cursos de primaria y secundaria.
El arzobispo porteño los animó a que “no dejen de soñar”. “Soñar con ser felices. Soñar con elegir la profesión o el trabajo que quieras. Y le pido a todos que soñemos con una Argentina mejor. La Argentina somos nosotros. Y si todos los que queremos una Argentina buena, justa, solidaria, nos ponemos las pilas, somos más. Somos más que los narcos. Somos más que los corruptos. Somos más que los egoístas que piensan solamente en su bolsillo. Somos muchos los que queremos una Argentina mejor”.
García Cuerva contó que les dijo a los jóvenes que “lo único que nos saca del núcleo duro de la pobreza es la educación que nos hace protagonistas de nuestra propia vida”. “Es mucha la gente muy buena en la Argentina, por eso no hay que resignarse”, destacó el arzobispo.
El monseñor también se hizo eco de la situación que atraviesa la ciudad santafesina de Rosario. Dijo que es una problemática que tiene dos aristas. “La droga es un negocio que tiene a los narcos como los mercaderes de la muerte. Hay una gran oferta de droga que tiene que ver con lo que es propiamente el delito, se trata de frenar”, explicó García Cuerva, y agregó: “Pero también hay mucha demanda lamentablemente”.
“Desgraciadamente, cuando los pibes no tienen sentido en sus vidas, su angustia existencial es profunda, muchas veces la adormecen con droga. Creo que estamos llegando a situaciones límites respecto de la violencia y es importante la presencia del Estado y los que saben de seguridad sabrán que política aplicar”, opinó.