El Gobierno activó por decreto un cambio en el esquema de actualización jubilatoria y dio espacio así a que el fuerte ajuste fiscal deje de estar sostenido en el gasto previsional, en la semana en el que retomarán las cada vez más visibles conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para analizar si concretarán un programa nuevo.
El ministro de Economía Luis Caputo tendrá esta semana un encuentro con el director del Departamento del Hemisferio Occidental Rodrigo Valdés, que no participa de una misión oficial del FMI en Buenos Aires pero que llegará a la ciudad para exponer en un seminario financiero este martes. En una entrevista televisiva el domingo por la noche, el jefe del Palacio de Hacienda aseguró, sobre la negociación con el organismo que “recién empezamos” y que “es difícil decir si habrá acuerdo o no”.
“Estamos explicando lo que sería nuestro esquema monetario y cambiario. Si el Fondo no está de acuerdo exploraríamos otros caminos”, apuntó en diálogo con La Nación +. El ida y vuelta con el FMI versa sobre un apoyo con desembolsos nuevos para reforzar el Banco Central a cambio de medidas estructurales, principalmente el desarme de controles cambiarios, explicó el jefe del equipo económico.
Hace poco más de un mes la subdirectora gerente del Fondo Gita Gopinath encabezó una comitiva formal y como una de sus conclusiones pidió que el ajuste para alcanzar el equilibrio en las cuentas públicas “no recaiga desproporcionadamente” sobre los trabajadores para asegurar la viabilidad social y política del proceso de corrección fiscal.
La preocupación del Fondo Monetario sobre la sustentabilidad del ajuste fiscal en un marco de indicadores sociales en deterioro (esta semana se conocerá el índice de pobreza e indigencia del cierre de 2023) está relacionada a cuánto de la corrección fiscal de los primeros dos meses del año, que condujeron al sector público hacia el superávit financiero, estuvo explicado por un gasto menor en jubilaciones y pensiones.
La manera en que el Gobierno lleva adelante el ajuste fiscal también es mirado de reojo por el FMI, en especial porque Washington propicia la recomposición, de la forma más inminente posible, de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, un tributo que considera decisivo para concretar el déficit cero este año sin que la motosierra tenga que podar de forma tan insistente sobre partidas sensibles del gasto público. Ganancias, por el momento, está incluido en la nueva versión de la ley ómnibus que el Poder Ejecutivo hizo circular entre los gobernadores. Algunos mandatarios provinciales son reticentes a la idea de que empleados de sus distritos tengan que volver a pagar el impuesto por sus salarios.
La nueva fórmula jubilatoria, que fue anunciada el viernes por la Casa Rosada y promulgada hoy en el Boletín Oficial, podría implicar una ahorro fiscal que le dé al equipo económico una herramienta más para acercarse al déficit cero. De acuerdo a estimaciones del economista y director del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) Nadin Argañaraz, la aplicación de la indexación mensual le podría reportar al sector público un ahorro de 0,7 puntos del Producto Bruto, estimó, aunque se trató de una estimación con un escenario de una fórmula que comenzaría a regir en abril en lugar de en julio, como terminó por oficializarse. Sería, a priori, un número más alto que el 0,4% del PBI que había calculado el Ministerio de Economía en una primera instancia sobre cuánto del ajuste total (de 5 puntos del PBI) le correspondería al gasto previsional.